Los ultraprocesados están por todas partes. Durante las últimas décadas, su disponibilidad y asequibilidad ha aumentado de manera explosiva e intencionada, primero en países de altos ingresos, y después en el resto. En Estados Unidos, y también en el Reino Unido, alrededor del 60% de la ingesta calórica proviene ya de productos ultraprocesados. En España también ha aumentado la proporción de calorías obtenidas a partir de estos comestibles.
Los mensajes sobre estos productos también proliferan. En muchas noticias de prensa se les señala como los principales responsables del aumento de la obesidad o de la diabetes tipo 2. Tampoco faltan influencers que abogan por abandonar su consumo. Pero ¿qué son los alimentos ultraprocesados? ¿Y cuál es la evidencia científica sobre su efecto en la salud?
Bollería, refrescos, galletas, nuggets, platos precocinados, postres lácteos. Todos son productos elaborados predominantemente a base de ingredientes industriales y que contienen pocos alimentos naturales. Estos definen los ultraprocesados como “formulaciones industriales producidas a partir de sustancias obtenidas a partir de alimentos o sintetizadas a partir de otras fuentes orgánicas.” Y continúan: “Normalmente, contienen poco o nada del alimento intacto, están preparados para consumir o calentar, y son ricos en grasas, sal o azúcares y poca fibra dietética, proteína, varios micronutrientes y otros compuestos bioactivos”.
Un estudio reciente, realizado en casi 200.000 adultos del Reino Unido, ha concluido que los ultraprocesados también incrementan la mortalidad por ciertos tipos de cáncer, sobre todo el cáncer de ovario en mujeres. Y este no es el primero. El año pasado, una investigación realizada en Estados Unidos relacionaba los ultraprocesados con el cáncer colorrectal. A esta creciente evidencia se suman los hallazgos sobre la salud mental. Un estudio longitudinal, con un seguimiento de una década, ha asociado el consumo de ultraprocesados con el deterioro cognitivo en más de 10.000 adultos en Brasil.
En resumen, los ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. Son productos mejorados para resultar atractivos al paladar y muy cómodos al poder consumirse en cualquier momento y lugar.
¿Cuál es su efecto en la salud?
Gracias a los sistemas de trazabilidad y de seguridad alimentaria es muy complicado que los alimentos, ultraprocesados o no, produzcan un daño inmediato en la salud. A excepción de ciertas grasas de mala calidad y los azúcares, que sí causan un daño directo, pero que siguen sin regularse por la injerencia de la industria.
Los datos científicos sobre el efecto perjudicial de los ultraprocesados son claros. Son cientos los estudios que han observado una asociación entre el consumo de estos productos y un mayor riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, y también de muerte prematura. Un editorial, publicado recientemente por Miguel Ángel Royo-Bordonada y Maira Bes-Rastrollo en Gaceta Sanitaria, sintetiza esta evidencia (que también existe en España).
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