De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la pandemia de COVID-19 expuso el déficit crónico y la deficiente distribución de los recursos humanos en salud (RHS) en la Región, así como la falta de políticas, de procesos de planificación estratégica y de inversión suficiente en la producción, la capacitación y el desarrollo profesional de una fuerza laboral de salud adecuada para su propósito en numerosos países.
El organismo internacional resaltó que este déficit sigue siendo alto debido principalmente a la falta de inversión a mediano y largo plazo. Citó que según los resultados preliminares de un estudio de movilidad del personal de enfermería y partería y los profesionales médicos en el Caribe, el abandono profesional se incrementó gradualmente durante el período 2016-2020, especialmente en los países pequeños, siendo la combinación de la falta de incentivos y la disposición para aceptar oportunidades en el extranjero, junto con las tácticas de reclutamiento cada vez más agresivas de muchas instituciones extranjeras, crea un escenario en el que el personal de salud no considera quedarse a trabajar en sus países de origen.
Resaltó que en el 2022, la OMS informó acerca de un déficit estimado de al menos 600.000 profesionales de la salud en América Latina y el Caribe en el 2030 de acuerdo con la meta de contar con 44,5 profesionales (personal médico, de enfermería y partería) por 10.000 habitantes (20). Un estudio reciente informó que los países de América Latina y el Caribe tenían una densidad regional de personal médico de 19,5 por 10.000 habitantes, y una densidad de personal de enfermería y partería de 44,3 por 10.000 habitantes3 (21).
Señala que para alcanzar el objetivo deseable de 80% en el índice de cobertura efectiva para la salud universal, se estimó que se necesitarían al menos 20,7 profesionales médicos por cada 10.000 habitantes, 70,6 profesionales de enfermería y partería por cada 10.000 habitantes, 8,2 profesionales odontológicos por cada 10.000 habitantes y 9,4 profesionales farmacéuticos por cada 10.000 habitantes.
Es por ello que la OPS durante su 60º Consejo Directivo planteó la política sobre el personal de salud 2030: fortalecimiento de los recursos humanos para la salud a fin de lograr sistemas de salud resilientes la cual sugiere acciones prioritarias para fortalecer los RHS de modo que contribuyan a desarrollar sistemas de salud resilientes.
Esta política promueve acciones agrupadas en las cinco líneas de acción estratégicas entre ellas fortalecer la gobernanza e impulsar políticas y planes nacionales de recursos humanos para la salud, desarrollar y consolidar los mecanismos regulatorios relacionados con los recursos humanos para la salud, fortalecer la conformación e integración de equipos interprofesionales en las redes integradas de servicios de salud basados en la atención primaria de salud.
Asimismo, potenciar el desarrollo y fortalecer las capacidades del personal de salud para abordar las prioridades de salud de las poblaciones y para la preparación y respuesta frente a las emergencias de salud pública, promover condiciones de trabajo decente y la protección física y mental de los trabajadores de salud, además de una dotación adecuada de recursos humanos para la salud mediante el financiamiento y la regulación, así como promover condiciones de trabajo adecuadas para mejorar el desarrollo y el bienestar del personal de salud mediante un abordaje intersectorial entre salud, trabajo y educación.
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