La República Dominicana atraviesa por un periodo de sequía que se ha agudizado en las últimas semanas provocando efectos negativos no solo en el medio ambiente, la agricultura y la ganadería, sino también en la salud de la población.
Ante está realidad, la doctora Evangelina Soler, Neumóloga-Internista, pasada presidente de la Sociedad Dominicana de Neumología y Cirugía del Tórax (SDNCT), desató que las vías aéreas de los seres humanos están en íntima relación con lo que ocurre en medio externo.
En este sentido, detalló que para poder realizarse la mecánica ventilatoria se necesita una correlación con la presión atmosférica, que incide directamente en el desarrollo de los pulmones, la caja torácica y en la mecánica misma para respirar.
“Por eso se observa que las personas que viven a nivel del mar tienen una caja torácica totalmente diferente a las que han crecido en lugares donde la presión atmosférica es diferente por las alturas”, explicó.
La doctora Soler destacó que todo lo externo a las vías aéreas tanto superiores como inferiores tiene un impacto directamente para la forma en que se maneja la función respiratoria.
“El oxígeno que gravita entre los árboles, la contaminación en ciudades muy pobladas tiene un impacto significativo para el ser humano. La nariz que es un órgano de entrada hacia el aire de los pulmones tiene características que demuestran la importancia que tiene la calidad del aire, la humedad, la sequedad y la temperatura”, detalló.
Explicó además que la nariz tiene tres paredes, “cuando el aire viene frío choca y al bajar pierde un poco de esa frialdad y luego con le pelo y el moco mas los senos nasales logra ajustar la temperatura para llegar a los pulmones, igual pasa con el aire caliente llegando a la nariz ajustando con esos mecanismos termorreguladores para evitar así un impacto negativo en las vías aéreas”.
Señaló que cuando abruptamente se produce un cambio térmico o aumento de las materias particuladas que llegan a las vías aéreas, todos estos cambios específicamente en estos tiempos donde la sequía ha producido un aumento de los incendios forestales, la caída de las hojas de los árboles y la resequedad de la tierra que pulveriza hacia la atmósfera y si se añade la baja en el caudal de los ríos también afecta a las comunidades que dependen de este líquido para su ingesta e higiene.
“En sentido general podríamos estar diciendo que lo que está ocurriendo es un fenómeno que de manera aguda está produciendo algún tipo de cambio en las vías aéreas fomentando así mayor resequedad, alterando sus mecanismos de defensa y del pulmón lo que conlleva a que se produzcan mayor frecuencia de procesos alérgicos, sean más los pacientes que acuden a consulta por rinitis alérgicas, sinusitis y por exacerbaciones de procesos crónicos como el asma, EPOC, pudiendo también producir un aumento de los riesgos a desarrollar procesos infecciosos”, añadió.
La doctora Soler recomendó ingerir mayor cantidad de agua, consumir frutas ricas en agua que aporten líquido al cuerpo y evitar exponerse a lugares donde se están produciendo humaredas, pulverización para que el impacto negativo de estos fenómenos no produce estas alteraciones.
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