SANTO DOMINGO.-El Instituto de Salud Mental y Telepsicología (ISAMT) informó un estudio de análisis de la situación mental en las cinco provincias fronterizas, en la que encontraron baja y, en ocasiones nula asistencia de psicólogos y psiquiatras en la zona.
En el estudio que se realizó a través de técnicas de grupos focales y entrevistas a informantes claves, se identificaron como los principales problemas de salud mental la violencia intrafamiliar, los problemas de los niños, niñas y adolescentes, el suicidio en jóvenes y los problemas de conducta en jóvenes, como consumo de alcohol y drogas y las muertes por accidente de tránsito.
Este estudio estuvo liderado por los psicólogos salubristas Julio Canario y Angelina Sosa, directivos del ISAMT.
De acuerdo con los comunitarios, los hospitales de los municipios cabecera sólo existe un psicólogo, que en promedio va 2 días a la semana o menos.
Al entrevistar a los grupos de producción en la zona fronteriza, estos señalan que han tenido “bajas en la producción por personas que a veces tienen problemas mentales y tienen que salir del trabajo”. Haciendo esto que la economía y la sostenibilidad familiar se vea afectada por no contar con la asistencia de salud mental adecuada.
Sin embargo, las mujeres cabezas de hogar, dicen que “aquí lo que hay son psicólogos escolares en las escuelas, y no hay psicólogos clínicos que atiendan los problemas de los niños. Por eso muchos muchachos se desencantan, y sus familias se desencantan y no terminan la escuela, porque tienen problemas y no tienen ayuda”.
La atención a la salud mental de los niños y niñas, la protección de sus derechos sigue siendo un tema pendiente y sin resolver por el Estado.
Al preguntarle a las personas sobre la importancia de la atención de salud mental y si asistirán al psicólogo, en la mayoría de los casos los mismos mostraron mucho interés en asistir al especialista, decían “aunque la gente tiene sus creencias, ya la gente sabe que el psicólogo lo que ayuda a uno, lo que pasa que aquí no hay y si no, uno tiene que ir lejísimo y uno no puede dejar su casa y gastar tanto para eso y entonces resolvemos el problema con una cerveza”.
Las distancias que tienen que recorrer para ir a un servicio de salud mental son desde 3 hasta 4 horas, además de hacer largos turnos, sumado al costo del transporte y alimentación y la pérdida de ingresos por un día de trabajo.
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