Las lluvias intensas y prolongadas pueden tener un impacto significativo en la salud pública, ya que aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y los vectores, así como de enfermedades relacionadas con la falta de saneamiento básico y la interrupción de los servicios de atención médica, así lo explicó el doctor Rafael Ramos Rincón, presidente de la Sociedad Dominicana de Médicos Salubristas.
Ante el paso de la tormenta Franklin por el territorio dominicano el doctor Ramos Rincón como epidemiólogo, consideró que es fundamental evaluar la preparación para enfrentar estas enfermedades y proponer recomendaciones para mejorar la respuesta y mitigar los efectos negativos.
Mencionó que dentro de las enfermedades que pueden desencadenar por el paso de este fenómeno atmosférico está: dengue, infecciones gastrointestinales como la diarrea, cólera, salmonelosis, fiebre tifoidea, hepatitis A, malaria, conjuntivitis, sarna, dermatitis, infecciones respiratorias agudas y amebiasis.
El doctor Ramos Rincón recomendó el fortalecimiento de la infraestructura, mejorar la calidad y la disponibilidad del suministro de agua potable, especialmente en áreas propensas a inundaciones, promover la implementación de sistemas de alcantarillado y tratamiento adecuado de aguas residuales en comunidades vulnerables.
El especialista también instó a establecer medidas de mitigación para reducir la contaminación del agua y prevenir brotes de enfermedades transmitidas por el agua, fortalecer los sistemas de vigilancia para detectar y responder rápidamente a brotes de enfermedades relacionadas con las lluvias.
Mejorar la capacidad del laboratorio para realizar pruebas de diagnóstico y análisis de muestras de manera oportuna y precisa, implementar sistemas de información interoperables que permitan una recopilación y análisis eficientes de los datos epidemiológicos y capacitar al personal de salud en el manejo de enfermedades relacionadas con las lluvias y en la atención de emergencias.
De igual forma, establecer planes de contingencia y protocolos claros para garantizar una respuesta efectiva ante eventos de salud relacionados con las lluvias, clorificar el agua con cinco gotas por galón, tanto para el consumo humano como para preparar los alimentos, lavarse las manos, la eliminación de criaderos de mosquitos y el lavado de frutas y vegetales antes de ser consumidos.
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