Advierten países sufren impacto en salud por disminución de financiamiento internacional

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre las graves perturbaciones que ya se están produciendo en los sistemas de salud de numerosos países, como resultado de las suspensiones y reducciones inesperadas en la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) destinada al sector salud.

Según una evaluación rápida realizada entre marzo y abril de 2025, el 70 % de las oficinas de la OMS en países reportaron interrupciones significativas en los servicios de salud. Estos problemas están directamente relacionados con las

El informe, basado en las respuestas de 108 oficinas de la OMS (principalmente en países de ingresos bajos y medianos-bajos), evidencia un panorama preocupante. Muchas naciones están intentando cubrir los déficits mediante la reasignación de fondos internos o buscando nuevas fuentes externas, pero estas medidas no son suficientes. 

En el 24 % de los casos, los recortes presupuestarios ya se han traducido en un aumento de los pagos directos por parte de los pacientes, afectando sobre todo a las personas más pobres y vulnerables.

Estos resultados dibujan un panorama preocupante sobre los efectos de los recortes repentinos e imprevistos de la ayuda en la salud de millones de personas», ha dicho el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Aunque estos recortes suponen una conmoción, también están impulsando una transición acelerada desde la dependencia de la ayuda hacia una autosuficiencia más sostenible basada en los recursos nacionales. Muchos países están solicitando el apoyo de la OMS, y la OMS está trabajando con ellos para determinar y adaptar las medidas más eficaces”.

Entre las principales áreas afectadas por los recortes en la AOD, el informe destaca, preparación y respuesta ante emergencias sanitarias (70 %), vigilancia de salud pública (66 %), prestación de servicios esenciales de salud (58 %), ayuda humanitaria (56 %), personal de salud y asistencial (54 %).

Los servicios más gravemente afectados incluyen la detección y respuesta a brotes, el tratamiento del paludismo, VIH, tuberculosis, enfermedades de transmisión sexual, así como la planificación familiar y la salud maternoinfantil. En muchos casos, las perturbaciones alcanzan niveles comparables a los experimentados durante los picos de la pandemia de COVID-19.

Además, un tercio de los países encuestados reportó escasez crítica de medicamentos y productos esenciales, mientras que más del 40 % informó interrupciones en los sistemas clave de información sanitaria, incluyendo vigilancia epidemiológica, reportes de enfermedades y sistemas de gestión de la salud.

La interrupción de la ayuda ha llevado también a pérdidas de empleo en el sector salud y a la suspensión de programas de formación profesional, debilitando aún más la resiliencia de los sistemas.

Ante este escenario, 81 oficinas de la OMS han solicitado apoyo urgente, especialmente en las áreas de movilización de recursos, financiamiento innovador, asistencia técnica y fortalecimiento institucional.

La OMS advierte que la situación continúa evolucionando rápidamente y que será necesario mantener un monitoreo constante, además de fomentar una respuesta internacional coordinada para mitigar los efectos y evitar una crisis sanitaria global prolongada.

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