De acuerdo a datos de la clínica de amputados de Rehabilitación los accidentes de tránsito son la principal causa de amputaciones, en el 30.6% del total de las cirugías que realiza, con un alto porcentaje correspondiente a motociclistas en edades productivas.
Las cifras de Rehabilitación indican que el 12% de los pacientes de nuevo ingreso, en sus 35 centros a nivel nacional, son usuarios con secuelas por accidentes de tránsito, para un promedio de 6 mil 418 pacientes cada año en la última década, de los cuales el 60% tiene entre 20 y 49 años de edad. Solo en 2023 la Unidad Quirúrgica realizó 670 amputaciones producto de siniestros en calles, avenidas y carreteras.
Ante esta realidad, la entidad está lanzando una campaña de prevención en el marco de la 8va Semana Mundial de la Seguridad Vial para concienciar sobre la importancia de la prudencia en el tráfico y reducir los accidentes.
El mensaje de la campaña es: “Habilita la prudencia”, y es un llamado a que los actores del tráfico: peatones, ciclistas, motoristas y conductores de vehículos de 4 ruedas, observen y respeten las normas que le tocan para evitar accidentes y reducir los fallecimientos y amputaciones por esta causa.
La campaña se difunde a través de las redes sociales del 17 al 24 de mayo, así como en actividades puntuales en los 35 centros de Rehabilitación a nivel nacional.
Arianna Mercedes Segura, psicóloga clínica de Rehabilitación, explica que perder una extremidad del cuerpo genera al paciente inestabilidad emocional, que vive una especie de “duelo” que lleva a la persona a mostrar ansiedad, depresión y angustia por cómo va a afrontar en el futuro las actividades de su diario vivir.
El departamento de psicología de Rehabilitación ofrece en primera instancia las evaluaciones a pacientes con una discapacidad reciente y el seguimiento constante hasta lograr su estabilización emocional y la entidad también provee prótesis, órtesis, terapia física y terapia ocupacional, todos los servicios de manera integral hasta lograr el balance en el paciente.
También ofrece su programa de Inserción Laboral, en el que los pacientes adquieren o mejoran habilidades que les permitan reincorporarse a la productividad y les ayudan a colocarse en empresas con plazas disponibles o les acompañan en el proceso de aprendizaje y gestión del emprendimiento.
“La amputación es un proceso complejo que expone a los pacientes a situaciones de tristeza, rabia y frustración. Por eso amigos y familiares deben estar dispuestos a ayudarles a adaptarse a su nueva realidad y deben ser empáticos, comprender las modificaciones y adaptaciones necesarias en el hogar y estar atentos a su estado emocional”, explica Mercedes Segura.
La profesional advierte que el círculo cercano a una persona que ha sido amputada debe estar pendiente a las señales como dificultad para vivir el bienestar cada día, aislamiento, cambios en sus rutinas de aseo, alimentación, sueño, baja concentración, sentimientos de culpa, expresiones recurrentes sobre la muerte o el suicidio, que son banderas rojas a las que hay que prestar atención y estar dispuestos a comprender y acompañar a la persona afectada en la búsqueda de asistencia psicológica.
“El rol del psicólogo como ente rehabilitador, es regular las emociones de los pacientes amputados, recuperando su equilibrio emocional, hasta que tome conciencia de su nueva realidad de forma positiva y adaptativa”, explica la profesional de la conducta que forma parte de la red de servicios que ofrece Rehabilitación a nivel nacional en sus 35 centros.
La rehabilitación física para amputados (de pierna o brazo) también juega un papel importante, ya que a partir de ciclos específicos y/o colocación de prótesis, el paciente adquiere movilidad e independencia. “Este abordaje integral de la rehabilitación, física y emocional, es necesario para facilitar la adaptación y la transición, reduciendo el trauma”, explicó la profesional de la conducta.
Sobre la recuperación psicológica tras una amputación, Segura entiende que siempre dependerá del nivel de aceptación de su nueva condición y la celeridad con que complete el proceso rehabilitador. Sin embargo, advierte que el tiempo de recuperación puede prolongarse, por los diferentes cambios - algunos de ellos drásticos- al tener que reaprender actividades cotidianas como ir al baño, cocinar o limpiar la casa.
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