La resistencia a los antimicrobianos (RAM) amenaza con reducir la esperanza de vida global a 1,8 años para el 2050, así lo advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2019, se registraron cerca de cinco millones de muertes relacionadas con infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos y 1,27 millones de personas fallecieron directamente por la RAM; el 20% de estos decesos fue en niños menores de cinco años.
La OMS alertó que la resistencia a los antimicrobianos no discrimina entre personas, edades ni fronteras; sin embargo, los países en desarrollo y las personas en situación vulnerable son los más afectados, debido al limitado acceso a los antimicrobianos ya herramientas de diagnóstico seguras y efectivas. Asimismo, a causa de la RAM, hay más peligro en la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie -en aumento- de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
Un estudio publicado en la revista The Lancet pronostica que para el año 2050 la RAM causará 1,91 millones de muertes directas y 8,22 millones de fallecimientos relacionados, a nivel mundial. Entre 2025 y 2050, se proyecta un acumulado de más de 39 millones de muertes directas y alrededor de 169 millones de fallecimientos asociados a la resistencia a los medicamentos.
Los antimicrobianos -conocidos comúnmente como antibióticos, antivíricos, antifúngicos y antiparasitarios- son medicamentos desarrollados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas. La RAM ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan resistencia a estos medicamentos, lo que hace que las infecciones se vuelvan cada vez más difíciles o imposibles de tratar e inclusive, se dé la aparición de formas graves de enfermedades o hasta la muerte.
Sin antimicrobianos eficaces, tratamientos médicos como los trasplantes de órganos, el control de la diabetes, la quimioterapia en casos de cáncer y las cirugías mayores enfrentan altos riesgos. La aparición y propagación de la resistencia se debe, principalmente, al uso indebido y excesivo de antimicrobianos.
“En este contexto, las vacunas juegan un rol crucial para reducir la RAM, ya que ayudan a prevenir infecciones bacterianas y, en consecuencia, reducen la necesidad de antibióticos o de su uso excesivo y el riesgo de desarrollar cepas resistentes”, señaló la Dra. Monique Baudrit, líder médica de Pfizer Centroamérica y Caribe.
La RAM puede presentarse tanto en la comunidad como en los hospitales. En la comunidad, suele manifestarse como infecciones urinarias y respiratorias, mientras que en hospitales incrementa los costos de hospitalización, así como de prescripción de medicamentos y afecta a pacientes vulnerables en unidades de cuidados intensivos, oncología y neonatología, donde se asocia con alta mortalidad.
Para combatir la RAM, es fundamental fomentar la prescripción adecuada de antimicrobianos, la educación comunitaria y el cumplimiento de las normativas de uso y dispensación de estos medicamentos.
La resistencia a los antimicrobianos representa una crisis de salud pública global, inclusive, en la actualidad, ha comenzado a afectar la lucha contra otras enfermedades, como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y la malaria.
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