Nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que la pandemia de COVID-19 ha desorganizado los servicios de lucha antipalúdica y que ello, a su vez, se ha traducido en un marcado aumento del número de casos y de muertes por esta enfermedad.
Las estimaciones presentadas en el último Informe mundial sobre el paludismo de la OMS- en inglés, muestran que en 2020 hubo en todo el mundo 241 millones de casos de paludismo y 627 000 muertes causadas por esta enfermedad, lo que supone un aumento de unos 14 millones de casos y 69 000 muertes en relación con las cifras de 2019. Aproximadamente dos tercios de estas muertes adicionales (47 000) tienen que ver con interrupciones de los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo durante la pandemia.
La situación, sin embargo, podría haber sido mucho peor. Según las proyecciones que efectuó la OMS en los primeros días de la pandemia, presuponiendo una profunda desorganización de los servicios, en 2020 se podrían haber duplicado las muertes por paludismo en el África subsahariana. Muchos países, sin embargo, adoptaron medidas urgentes para consolidar sus programas de lucha antipalúdica, gracias a lo cual se pudo evitar lo peor.
“Incluso antes del golpe que supuso la pandemia de COVID-19, los avances mundiales en la lucha contra el paludismo se habían estabilizado”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
“Gracias al arduo trabajo de los organismos de salud pública de los países afectados por el paludismo, no se han cumplido los peores augurios sobre los efectos de la COVID-19. Ahora debemos invertir esa misma energía y esa férrea voluntad en reparar los estragos causados por la pandemia y acelerar el ritmo de la lucha antipalúdica”, agrega.
Desde 2015, año de referencia de la estrategia mundial de la OMS contra el paludismo, 24 países han registrado un aumento del número de muertes por esta enfermedad. En los once países que presentan la mayor carga de paludismo del mundo, el número de casos pasó de 150 millones en 2015 a 163 millones en 2020 y el de muertes por la enfermedad pasó de 390 000 a 444 600 durante el mismo intervalo.
En República Dominicana, la malaria sigue siendo un problema para la salud pública y es que de acuerdo al doctor Rafael Ramos Rincón, presidente de la Sociedad Dominicana de Médicos Salubristas, la distribución anual de casos de malaria entre el año 2000 y el 2006 la tendencia fue al incremento, alcanzando un máximo de 3837 casos en el año 2005, para luego disminuir en forma sostenida hasta reportarse 1640 casos en el año 2009.
Después de ese descenso paulatino y sostenido de los casos, estos se incrementaron en el año 2010, a consecuencia, entre otros factores, de un incremento considerable en los casos importados desde Haití y detectados en el territorio nacional.
En el año 2011 los casos se redujeron nuevamente al reportarse 1616 afectados por la enfermedad, continuando la tendencia a la disminución durante el año 2012 registrándose sólo 952 casos en todo el territorio nacional. En el 2020 fueron reportados 822 casos de malaria.
De acuerdo al último reporte de la Dirección General de Epidemiología (DIGEPI), la distribución de los casos de malaria en la República Dominicana, en 2021 hasta la semana epidemiológica 43 es de 246 casos.
En la actualidad la incidencia acumulada de malaria es de es de 2.80 casos por 100,000 habitantes, para una reducción de 69% en comparación con el mismo periodo del 2020.
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