El cáncer es la primera causa de muerte en pacientes sometidos a trasplante hepático y varios estudios han demostrado que el riesgo de padecer un tumor es de dos a tres veces superior al esperado en personas de la misma edad y sexo. Para determinar los factores de riesgo, varios grupos del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) han impulsado un proyecto multicéntrico que ha involucrado a 16 unidades de trasplante hepático españolas, con casi 2.500 pacientes durante cinco años.
Este estudio, que ha contado con el aval de la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) y que ha sido publicado en American Journal of Transplantation, ha sido dirigido por Manuel Luis Rodríguez-Perálvarez, investigador del CIBEREHD y hepatólogo en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba-IMIBIC. “Solo si conocemos las causas que incrementan el riesgo de cáncer, podremos actuar para evitar su aparición”, indica.
Se trata de un estudio del tipo “cuasi-cohorte”, el cual permite estudiar factores de exposición cambiantes a lo largo del tiempo, como ocurre con el tratamiento inmunosupresor que reciben estos pacientes para prevenir el rechazo. “Este diseño epidemiológico ha sido la clave del éxito del estudio, ya que se sospechaba que la exposición crónica a fármacos inmunosupresores podría ser responsable, en parte, del incremento de riesgo de cáncer en esta población”, indica el también primer firmante del trabajo.
En efecto, la merma en la actividad del sistema inmune provocada por estos fármacos dificultaría la tarea de detección y eliminación precoz de células cancerígenas, antes de que formen tumores, un proceso rutinario en nuestro cuerpo.
Precisamente, el hallazgo más novedoso de este estudio es la relación demostrada entre la exposición a un inmunosupresor en concreto, Tacrolimus, y el riesgo de cáncer. “Tacrolimus es un fármaco muy eficaz para evitar el rechazo del hígado y es necesario en prácticamente la totalidad de pacientes sometidos a trasplante”, explica Jordi Colmenero, investigador del CIBEREHD en el Hospital Clinic de Barcelona-IDIBAPS. “La clave que nos aporta el estudio es que, a partir de unos niveles en sangre concretos de este fármaco, el riesgo de cáncer aumenta. Por tanto, si los niveles de Tacrolimus se mantienen por debajo de este dintel de riesgo, las tasas de cáncer post-trasplante hepático podrían reducirse”, indica.
Fuente: CIBER
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