Se ha sugerido que entre un 11-15 % de la población mundial ha podido sufrir depresión en algún momento a lo largo de su vida. En muchos países ha aumentado incluso como efecto de la pandemia de la COVID-19.
Cada vez hay más evidencias, sobre todo en modelos animales, de que la diversidad y composición de la microbiota intestinal (el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino) puede influir de alguna manera en la actividad cerebral y el comportamiento. Varios estudios demuestran que la transferencia de microbiota intestinal de pacientes humanos deprimidos a ratas libres de gérmenes induce conductas depresivas en los animales receptores.
Esto sugiere que la microbiota del intestino puede estar involucrada de alguna manera en la causa de la depresión. Otros estudios han mostrado que el consumo de prebióticos y probióticos puede afectar al estado de ánimo y a la ansiedad en humanos. Sin embargo, todavía sabemos muy poco de la posible relación entre la microbiota y la depresión: sólo tenemos evidencias preclínicas, la mayoría de los experimentos se han hecho en animales de experimentación, libre de gérmenes o bajo tratamientos con antibióticos o modificados genéticamente, los estudios en humanos son escasos y con un número de muestras muy reducido, poco representativos, faltan ensayos clínicos bien controlados y resultados robustos y repetidos.
La presencia de un grupo de bacterias intestinales se ha asociado con síntomas depresivos
A principios de 2019 se publicó un macro estudio (1) con más de mil pacientes en el que se correlacionaba la composición de la microbiota intestinal con la calidad de vida y la depresión. Encontraron que las bacterias Faecalibacterium y Coprococcus, productoras de butirato, se asociaban de forma consistente con indicadores de una buena calidad de vida. Por otra parte, las bacterias Dialister y Coprococcus disminuyeron en las personas con depresión. Esto podría estar relacionado con la síntesis microbiana de compuestos como la dopamina y el ácido aminobutírico.
Ahora se acaban de publicar un par de trabajos en Nature Communications que confirman la relación entre la diversidad y composición de la microbiota fecal con síntomas depresivos. En el primer trabajo (2) han analizado muestras de 2593 participantes. Han identificado la asociación de hasta trece grupos microbianos distintos con los síntomas depresivos.
En concreto se observó un aumento significativo de los géneros Eggerthella, Sellimonas, Lachnoclostridium y Hungatella, en personas con síntomas depresivos agudos. Por el contrario, se encontró una disminución significativa en relación con la depresión en los géneros Subdoligranulum, Coprococcus, Eubacterium ventriosum y las familias Ruminococcaceae y Lachnospiraceae.
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