La dermatitis atópica (DA) no solo afecta la piel, sino que también tiene un impacto significativo en el bienestar social y emocional de los pacientes. Los síntomas intensos como el prurito y las lesiones cutáneas pueden generar irritabilidad, aislamiento social y problemas en las relaciones interpersonales. Estas dificultades pueden llevar a ansiedad, depresión y alteraciones en la calidad del sueño.
La doctora Karen Villamil, líder médica de Inflamación e Inmunología de Pfizer Centroamérica y Caribe, destacó que la DA puede ser debilitante y afectar la vida diaria de los pacientes. A pesar de la falta de cura, Pfizer trabaja en soluciones médicas para mitigar el impacto de esta enfermedad.
Los trastornos emocionales asociados con la DA son prominentes, con una alta incidencia de ansiedad y depresión. El estrés psicosocial también puede agravar los síntomas. En los primeros años de vida, la enfermedad puede afectar las dinámicas familiares, generando estrés en los padres y problemas conductuales en los niños.
Aproximadamente un 10% de los pacientes continúa con síntomas hasta la edad adulta, donde la enfermedad puede volverse más severa. Para mejorar la calidad de vida, se recomienda una atención integral que incluya manejo del estrés, cuidado adecuado de la piel y la implementación de estrategias de manejo del rascado.
La doctora Villamil enfatizó la necesidad de un enfoque integral en el tratamiento de la dermatitis atópica, que incluya a profesionales médicos, pacientes y sus familias para mejorar el manejo de la enfermedad.
“La dermatitis atópica va más allá de la piel. Al tratarse de un reto físico y psicológico para los pacientes, la DA requiere de una atención integral, que involucre a los profesionales médicos necesarios, a los pacientes, así como a sus cuidadores y familias, de manera tal, que generen un plan de atención formal de la enfermedad para avanzar efectivamente en su tratamiento y llevar una vida adecuada”, concluyó.
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