Una mayor conectividad puede agilizar la atención sanitaria, mejorar su eficacia y acercarla a quienes la necesitan. Sin embargo, estas ventajas llevan mucho tiempo siendo más teóricas que reales. Analizamos la red óptica para el campus que podría convertir en realidad la asistencia sanitaria inteligente y de alta velocidad.
La doctora da la bienvenida al paciente, que tiene cita para recoger los resultados de sus pruebas. No es que haya entrado en la consulta; ha aparecido en una ventana de chat de vídeo en la pantalla de la doctora. El paciente no ha tenido que desplazarse en ningún momento: las pruebas se han realizado con un dispositivo de imágenes móvil y se han analizado mediante un potente software de inteligencia artificial. Mientras la doctora lee los resultados, con solo tocar un botón puede consultar el historial clínico del paciente en formato digital y disponer así inmediatamente de la información necesaria para el diagnóstico y el tratamiento.
¿Parece una situación real? Puede que, en 2021, sí. La pandemia ha acelerado enormemente la implantación de la asistencia sanitaria remota. Sin embargo, conseguir que sea rápida, sin obstáculos y en beneficio del paciente sigue siendo un reto. Los sucesos del año pasado han puesto el foco de atención en todo el trabajo que aún nos queda por hacer. A pesar de nuestros avances, todos conocemos la frustración de no poder disponer de la información que necesitamos, porque no está digitalizada, porque pertenece a otro departamento o simplemente porque no podemos acceder a ella con la suficiente rapidez. Hemos descubierto que no solo necesitamos mejores métodos para la asistencia sanitaria, sino también una mejor infraestructura: redes más rápidas y fiables que permitan la transmisión instantánea de datos en cuestión de segundos.
Redes ópticas: el cambio empieza ahora
Cuando hablamos de tecnología para la asistencia sanitaria nos enfrentamos a un ciclo de desarrollo muy largo, algo que, por otra parte, es natural. Eso no significa que los hospitales tengan que quedarse anclados en la tecnología del pasado. Un cambio que puede tener lugar hoy mismo es el paso del cobre a la fibra, la actualización del campus wifi a la red óptica sostenible, de alta velocidad y baja interferencia.
¿Por qué? Porque, aunque es la conectividad inalámbrica la que debe impulsar la digitalización, ante los nuevos retos a los que nos enfrentamos es posible que se esté convirtiendo en un obstáculo. Los cables de cobre que emplea tienen una capacidad limitada, que puede verse superada fácilmente por un número de usuarios y de dispositivos y una demanda de datos en niveles nunca vistos. Son propensos a las interferencias y presentan unos elevados requisitos de mantenimiento, ya que requieren salas específicas para el cableado y los conmutadores que ocupan un espacio que, de otro modo, podría dedicarse a otras funciones esenciales del hospital. La complejidad del cableado dificulta el diagnóstico y la solución de problemas, además de las posibles ampliaciones de la red.
La asistencia sanitaria del futuro precisa una red a la altura: sencilla pero potente, flexible pero segura. Necesita la solución Campus OptiX, una única red óptica que conecta todos los departamentos y funciones médicas con una infraestructura ligera y de alta velocidad.
Cómo funciona Campus OptiX
Los cables de fibra son más ligeros y duraderos que los de cobre. Además, requieren menos energía para transmitir la misma cantidad de datos. Otra ventaja crucial: ofrecen un rango de cobertura 400 veces mayor que el del cobre, lo que significa que el espacio dedicado a las TI puede concentrarse en una sala central que sirva también para el almacenamiento de datos in situ.
Gracias a la enorme reducción del espacio que debe ocupar esta infraestructura, la red únicamente requiere terminales de línea óptica para cada edificio y un divisor o splitter para cada habitación. Además, tienen un funcionamiento pasivo, lo que significa que los armarios de TI no necesitan aire acondicionado. Este modelo «una habitación, una fibra» es fácil de diseñar y construir, pero puede satisfacer todas las demandas de datos del hospital; para las habitaciones, los puestos de enfermería, las salas de diagnóstico, los canales de vídeo en directo o el wifi para los visitantes. Al mismo tiempo, es posible aislar el tráfico de datos médicos de máxima prioridad del resto del tráfico general, para garantizar la alta velocidad y la fiabilidad de la red en las tareas clave.
Pensemos en una situación con múltiples dispositivos, como una habitación con tres camas. En cada cama hay un punto de información de la intranet para la transmisión de datos médicos. Hay otro en la puerta para acceder al sistema de difusión de información, otro para IPTV y otro reservado. Para gestionar estos seis dispositivos del Internet de las cosas solo hay instalados dos cuadros de red óptica en la habitación. Se trata de una solución que se instala rápidamente, no resulta intrusiva y permite un mantenimiento sencillo, ya que prácticamente todos los dispositivos activos se encuentran en la sala de equipos. Eso permite disminuir considerablemente el tiempo invertido en localizar la causa de un fallo.
El reto sanitario europeo: asistencia segura para todos
Las soluciones Campus OptiX de Huawei ya se están implementando en los hospitales de Asia y llegan ahora a Europa como parte de un paquete de «infraestructura inteligente», diseñado a la medida de las necesidades demográficas y normativas de Europa.
La ventaja definitiva de una red óptica es la disponibilidad de los datos: como todo está en la misma red, es fácil compartir datos entre departamentos e incluso ubicaciones totalmente diferentes, lo que abre la puerta a nuevas posibilidades de análisis, investigación, formación y colaboración remota. Se trata de una solución «híbrida» que combina las capacidades de análisis en la nube con la posibilidad de almacenar la información sensible en un centro de datos del campus. Eso significa que los hospitales pueden mantener el control sobre los datos y ajustarse a la normativa de la UE sin limitar el potencial de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el Internet de las cosas.
También es esencial el papel que puede jugar en la democratización de la asistencia sanitaria. Con el envejecimiento y la diversificación de la población, resulta esencial que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda disponer de asistencia sanitaria a demanda. Acceder a atención médica con mayor rapidez y de forma remota significa imponer menos requisitos a los pacientes, dado que su acceso a la consulta médica depende menos de que cuente con el tiempo, los recursos económicos o el transporte necesarios. En el sector médico se habla desde hace mucho sobre adoptar un modelo más centrado en el paciente. Una mejor conectividad significa incorporar a más pacientes al sistema, mejorar su atención y, al mismo tiempo, disponer de más información para diseñar el futuro de la práctica médica.
La «medicina del futuro» totalmente conectada no es un tema nuevo, pero esa es la cuestión: se habla mucho de ella pero se implementa poco. Conforme la asistencia remota sigue creciendo, el cambio ha comenzado donde siempre lo ha hecho: en los campus hospitalarios. Con redes eficientes y fiables como Campus OptiX de Huawei, los hospitales pueden dar un paso de gigante en su transformación digital y facilitar el día a día del personal médico, de todos los que trabajan en las instalaciones y, por encima de todo, de los pacientes.
Fuente: Redacción Médica
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