SANTO DOMINGO.- El doctor Marcos Antonio Espinal director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud, consideró este jueves que en el mundo actual existe una dicotomía entre lo que es la seguridad sanitaria y la salud universal.
En este sentido, se señaló que la pandemia ha ejercido un gran impacto en los países, exponiendo desafíos y brechas de larga data en la salud pública, retrasando los logros y exacerbando las inequidades.
Entre los problemas más importantes observados en los sistemas de salud durante la pandemia mencionó; fragilidad de los sistemas de salud fragmentados, falta de coordinación y gobernanza, mal uso y subutilización de los recursos humanos y financieros, escasez de camas y ventiladores, pobre comunicación y educación a la comunidad, débil compromiso de la comunidad, así como programas de salud pública retrasados o interrumpidos.
“Una de las cosas que esta pandemia ha demostrado es la fragilidad de nuestras ganancias, es muy difícil alcanzar altas tasas de vacunación y mantenerlas, pero es muy fácil que estas disminuyan, es muy difícil disminuir la tasa de infección por VIH, pero es muy fácil que esta vuelva a aumentar o de la tuberculosis, malaria o enfermedades negligenciadas”, dijo.
Señaló que el sector salud no solo está afectado por un solo factor, sino, que son externalidades con muchas tensiones como son: restricciones o escasez de recursos fiscales, tensiones y reapertura de economías, disponibilidad sin precedentes de recursos externos, condicionalidad para la reforma estructural del sector salud, crecimiento continuo de la tecnología y la innovación digital, cambios estructurales en el mercado laboral y participación del sector trabajo, demanda de mejor preparación, resiliencia y protección social y demanda de mayor acceso y cobertura de salud.
Destacó que las tres áreas claves para mejorar la resiliencia de los sistemas de salud y hacerlos más preventivos son: La seguridad sanitaria con su reglamento sanitario internacional, salud universal con su atención primaria en salud y la promoción de la salud, más preventiva y menos curativas.
Asimismo mostró una curva comparativa que muestra que el país aún tiene deficiencias de testeo que hay que mejorar. En este orden destacó la necesidad de que se realicen pruebas descentralizadas, para tener una visión más clara de cómo va la pandemia.
“Los sistemas de salud que alinearon e integraron las capacidades básicas del reglamento sanitario internacional, con los servicios de atención primaria de la salud, particularmente han sido eficaces para mitigar los efectos del COVID-19”, puntualizó.
El doctor Espinal habló en estos términos al participar con el tema “Reflexión y análisis del modelo de salud internacional en el contexto del COVID-19” en la “Conferencia Nacional de Epidemiología: Desafíos de la salud pública en el contexto de la COVID-19”, organizada por la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública.
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