Un equipo de investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y del University College London (UCL) llevaron a cabo un análisis retrospectivo donde determinaron que una terapia de alta intensidad llevada a cabo dentro de los seis meses posteriores a un ictus ofrece los mejores resultados de rehabilitación.
En el estudio que incluyó 455 pacientes de accidente cerebrovascular que habían perdido parte de la función motora de los brazos, los investigadores observaron que todos los grupos que recibieron tratamiento mostraron mejoras significativas.
Donde la mejora fue proporcional a la intensidad del entrenamiento, es decir, el grupo de alta intensidad mostró una mayor capacidad de respuesta al tratamiento en todos los puntos de medición en comparación con ambos grupos de baja intensidad, lo que representa un cambio clínicamente significativo para los pacientes no subagudos.
De acuerdo a los resultados la disminución de la capacidad de respuesta se extendió más allá de la fase subaguda y no varió con la intensidad del entrenamiento, es decir, aquellos que comenzaron el tratamiento de baja intensidad antes en la etapa crónica de 6 a 18 meses también mostraron mayores ganancias en comparación con los que comenzaron más tarde.
Detallan que un comienzo tardío no atenuó la capacidad de respuesta del paciente al programa de alta intensidad.
Estos resultados muestran los beneficios de los programas de alta intensidad y sugieren que los protocolos de tratamiento estándar aplicados por muchos sistemas de salud para pacientes de ictus deberían ser reanalizados.
El trabajo titulado “Relationship between intensity and recovery in post-stroke rehabilitation: a retrospective analysis”, fue publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry.
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