SANTO DOMINGO.-De acuerdo a un nuevo informe realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Plan International y ONU Mujeres en República Dominicana, el 22% de las niñas o adolescentes que han estado o están en pareja han experimentado violencia física o sexual por sus parejas íntimas en los últimos 12 meses. Asimismo, indica que en el país el 11% de las adolescentes de 15 a 19 años que sufrieron sexo forzado busca algún tipo de ayuda profesional.
El informe titulado “Una nueva era para las niñas: Un balance de 25 años de progreso”, también señala que el número de niñas que no asisten a la escuela ha disminuido en 79 millones, en los últimos dos decenios. De hecho, en la última década, las niñas han tenido más probabilidades que los niños de asistir a la escuela secundaria.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo habitual. En 2016, por ejemplo, las mujeres y las niñas representaban el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual. Es sorprendente que una de cada 20 niñas de 15 a 19 años –alrededor de 13 millones– haya sufrido un acto de violación en su vida, una de las formas más violentas de abuso sexual que pueden sufrir las mujeres y las niñas.
El informe destaca que las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina siguen perturbando y dañando las vidas y el potencial de millones de niñas en todo el mundo.
En República Dominicana el 36% de las mujeres de 20 a 24 años estaba casada o unida en pareja antes de los 18 años y un 12 % antes de los 15 años de edad.
De igual manera, las niñas también siguen corriendo un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ya que 970,000 adolescentes de 10 a 19 años de edad en el mundo viven actualmente con el VIH, en comparación con las 740,000 que había en 1995.
Estos resultados deben poner en alerta al mundo, y por esto se pide la adopción de medidas en las siguientes esferas:
Celebrar y ampliar las oportunidades para que las niñas de todos los orígenes geográficos y étnicos, y niveles de ingresos y de condición social, se muestren audaces y ambiciosas para convertirse en agentes en favor del cambio y en creadoras de soluciones, aportando sus voces, opiniones e ideas en diálogos, plataformas y procesos que se relacionen con sus cuerpos, sus comunidades, su educación y su futuro.
Aumentar las inversiones en políticas y programas para ampliar los modelos prometedores que aceleran el progreso para las adolescentes y con ellas, en consonancia con la realidad del mundo actual, incluido el fomento de sus aptitudes para la cuarta revolución industrial y un movimiento generacional para poner fin a la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
De igual manera aumentar las inversiones en la producción, el análisis y la utilización de datos e investigaciones de alta calidad desglosados por edad y sexo en esferas en que los conocimientos son limitados, como la violencia de género, la adquisición de aptitudes para el siglo XXI, la nutrición de las adolescentes y la salud mental.
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