Una nueva investigación reveló la existencia de una familia de virus «diminutos» que están presentes en el intestino de personas de todo el mundo, aunque con variaciones según el país de origen.
En este proceso participó la señora Josefa Antón, investigadora del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante (UA).
El estudio cuenta con más de 115 científicos procedentes de 65 países y seis continentes, según ha informado la institución académica en un comunicado. En concreto, el equipo ha descubierto que el virus común, denominado CrAss-fago, está presente en las aguas residuales de más de la tercera parte de los países del planeta.
«Se trata de un trabajo de ciencia colaborativa en el que todos los investigadores hemos contribuido, con secuencias de virus de todo el mundo, para entender el origen y evolución de nuestro microbioma que constituye una parte fundamental de lo que somos», manifestó Josefa Antón, al resaltar que el CrAss-fago «es un elemento natural y esencial en el equilibrio de la microbiota del intestino».
El CrAss-fago es un indicador «claro» de contaminación fecal y de los efectos causados por el ser humano. Este hallazgo puede servir para que los científicos «manipulen el microbioma intestinal si se emplea contra bacterias perjudiciales». «Conocer cómo funciona abre el camino a nuevas líneas de investigación para eliminar bacterias nocivas para el ser humano», añadió Antón.
El señor Bas Dutilh, colíder del proyecto, profesor ayudante de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), plantea una hipótesis sobre por qué el virus está tan extendido. «No parece que el CrAss-fago tenga beneficios directos, por ejemplo, para la salud, sin embargo, hemos encontrado virus estrechamente relacionados en muestras fecales de gorilas, monos y otros primates salvajes».
EVOLUCIÓN
«A partir de estos resultados creemos que este virus ha evolucionado con nosotros durante millones de años y se ha extendido con los humanos por todo el planeta. Es la primera vez que se demuestra que los virus intestinales humanos pueden ser como mínimo tan antiguos como la especie humana», recalcó el investigador.
«Estamos en deuda con nuestros extraordinarios colegas, que, procedentes de todo el mundo, nos han ayudado a explorar la diversidad global de un virus único. Sin duda, no existen precedentes de otros proyectos de alcance y naturaleza mundial», ha apuntado el líder del proyecto, el profesor Robert Edwards de la Universidad Estatal de San Diego (California, Estados Unidos).
Antón ha concluido que formar parte de este consorcio diseñado para investigar un virus tan poco conocido como el CrAss-fago «ha sido una experiencia gratificante». El estudio ha sido posible gracias al apoyo de la Universidad Alicante, en cuyo laboratorio de Ecología Microbiana Molecular se han obtenido las secuencias del ADN del CrAss-fago presente en aguas residuales de Alicante, datos básicos para fundamentar el trabajo.
Fuente: DPA.
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