Un grupo de investigadores, liderados por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha identificado la presencia del lípido esfingosina-1-fosfato (S1P) en las meninges y su papel clave para el buen funcionamiento de los vasos sanguíneos.
El estudio sugiere, además, la implicación de este lípido en la eliminación de sustancias perjudiciales del cerebro, lo que permitirá, según los investigadores, estudiar el desarrollo de nuevos fármacos para modular el flujo sanguíneo cerebral en enfermedades que cursan con su alteración.
Los investigadores del Laboratorio de Enfermedades Vasculares Cerebrales y Periféricas del Departamento de Farmacología, de Terapéutica y de Toxicología y del Instituto de Neurociencias de la UAB (INc-UAB) han descubierto que la aracnoides -una de las tres meninges o membranas cerebrales que se encarga de proteger mecánica e inmunológicamente el cerebro y la médula ósea- es una fuente muy importante de esfingosina-1-fosfato (S1P), un lípido que hasta ahora se había hallado sobre todo en los glóbulos rojos.
Los investigadores han demostrado por primera vez que esta grasa, una vez se libera de la aracnoides, produce una vasoconstricción en los vasos sanguíneos cerebrales que es crucial para regular el flujo sanguíneo.
Además, este proceso podría facilitar que se eliminen las sustancias perjudiciales, al generar una pulsación vascular que ayudaría a expulsarlas a través del flujo del líquido cefalorraquídeo.
La investigación, hecha en ratones y muestras humanas y que publica la revista 'Journal of Cerebral Blood Flow and Metabolism', sugiere que, en estados patológicos que cursan con la acumulación de residuos tóxicos, como en la enfermedad de Alzheimer, la SP1 presente en la aracnoides podría estar alterada.
Esto, por ejemplo, explicaría por qué la eliminación del péptido beta-amiloide se reduce en los pacientes de Alzheimer, alterando el correcto funcionamiento cerebral y provocando una disfunción cognitiva y demencia.
"La disminución con la edad de los depósitos de S1P que hemos encontrado en este estudio podría acabar afectando la vasoconstricción cerebral, empeorando la eliminación de este péptido por parte del líquido cerebroespinal y favoreciendo el desarrollo de la enfermedad", ha explicado el director del estudio Francesc Jiménez-Altayó.
Según este investigador, los resultados "plantean la SP1 situada en la aracnoides como potencial diana terapéutica para modular el flujo sanguíneo cerebral y desarrollar nuevos fármacos para tratar las patologías cerebrovasculares y otras que cursen con sustancias perjudiciales en el cerebro".
En el estudio han participado también investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona y la Eberhard Karls University de Tübingen.
Fuente: EFE
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