Por Manuela Netto, Cirujana Dentista y Periodoncista
La diabetes, una enfermedad metabólica crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, es conocida por su influencia general en la salud. El aumento de la concentración de glucosa en sangre, característico de esta condición, desencadena una serie de complicaciones sistémicas, que incluyen problemas renales, oculares y vasculares, así como condiciones bucales que a menudo se subestiman.
La principal enfermedad bucal asociada al diabetes es la periodontitis, una condición caracterizada por la destrucción de los tejidos de soporte y protección de los dientes. Además, los pacientes diabéticos también son más propensos a sufrir de hiposalivación, xerostomía (sensación de sequedad bucal), síndrome de ardor bucal, candidiasis, ulceraciones en la mucosa bucal, dificultad para cicatrizar y aliento cetónico. La relación entre el diabetes y la periodontitis es bidireccional, lo que significa que cada una de estas condiciones puede aumentar el riesgo y la progresión de la otra.
Los estudios han demostrado esta conexión. En 1993, un estudio realizado por Löe indicó la periodontitis como la sexta mayor complicación del diabetes. Además, una revisión sistemática y meta-análisis que evaluó alrededor de 50 mil pacientes en trece estudios mostró que el diabetes aumentó el riesgo de desarrollar o progresar en la periodontitis en un impresionante 86%, en comparación con pacientes sanos o con diabetes bien controlado. Esto significa que los pacientes diabéticos tienen de 1.5 a 3 veces más probabilidades de presentar periodontitis, y que esta condición puede ser aún más grave cuando el control glucémico es inadecuado, independientemente del tipo de diabetes.
Un estudio realizado en los Estados Unidos también reveló que uno de cada cinco casos de edentulismo (ausencia total de dientes en la boca) se atribuye a la periodontitis. Sin embargo, el punto crucial es que los pacientes con diabetes bien controlado presentan un riesgo periodontal similar al de pacientes sin diabetes. Esto subraya la importancia vital del control glucémico en la salud bucal. Además, algunos estudios indican que el tratamiento periodontal puede contribuir al control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2, reduciendo los niveles de marcadores inflamatorios sistémicos y ayudando a regular la insulina.
Aunque los pacientes con diabetes tipo 1 son menos estudiados en este contexto debido a la naturaleza autoinmune de la enfermedad, es evidente que la relación entre el diabetes y la salud bucal es significativa. Tanto el tipo 1 como el tipo 2 de diabetes tienen impactos adversos en la salud oral, y ambos grupos pueden beneficiarse de una atención especializada.
Es importante notar que el diabetes no está limitado a un rango etario específico, aunque el tipo 1 es más común en niños y adolescentes, representando aproximadamente el 10% de los casos, mientras que el tipo 2 es más prevalente en adultos, abarcando el 90% de los pacientes. La periodontitis, por su parte, se vuelve más común después de los 40 años de edad. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes afectados por esta interacción entre el diabetes y la salud bucal son adultos mayores de 40 años.
Los dentistas desempeñan un papel crucial en la identificación temprana del diabetes, ya que pueden detectar signos y síntomas de la enfermedad, como aliento cetónico, sed excesiva, aumento de la frecuencia urinaria, hambre excesiva y pérdida de peso inexplicada. Por lo tanto, la consulta dental puede ser el primer paso para el diagnóstico del diabetes, especialmente en casos aún no diagnosticados.
Para los pacientes con diabetes bien controlado, la respuesta a los tratamientos dentales es similar a la de pacientes sin diabetes. Sin embargo, si ya están presentes condiciones bucales como periodontitis, hiposalivación o candidiasis, estas deben ser tratadas adecuadamente. Mantener una higiene bucal rigurosa, una ingesta adecuada de agua y un control glucémico eficaz son fundamentales para minimizar los impactos del diabetes en la salud bucal.
Además, es esencial realizar un control de mantenimiento preventivo después de procedimientos dentales, como implantes, para evitar complicaciones como la periimplantitis. Los pacientes diabéticos tienen un riesgo aún mayor de complicaciones en los implantes debido a su asociación con la periodontitis y los impactos negativos en el metabolismo óseo, la inflamación y la circulación sanguínea.
La recomendación odontológica más importante para pacientes con diabetes es buscar seguimiento regular con un periodoncista. Concientizar al paciente sobre su mayor riesgo de padecer periodontitis y otras afecciones bucales es fundamental, al igual que resaltar la influencia positiva de controlar estas condiciones en la glucemia.
Además, se recomienda que los pacientes diabéticos se realicen profilaxis de revisión cada 3 o 4 meses como máximo, debido al mayor riesgo de periodontitis. La placa bacteriana patógena, responsable del desencadenamiento de enfermedades bucales, incluyendo la periodontitis, tarda alrededor de 3 meses en reconstruirse después de la remoción en una profilaxis profesional. Por lo tanto, se requiere un seguimiento frecuente, considerando el control glucémico y otros factores individuales.
Las innovaciones en el campo de la odontología, como el Protocolo GBT, han proporcionado una profilaxis menos invasiva y más eficiente, reduciendo el dolor y la incomodidad del paciente, y ahorrando tiempo. Esto se logra a través de técnicas avanzadas que incluyen la orientación del profesional a través de colorantes y el uso de polvos para un pulido simultáneo, agilizando el proceso de profilaxis.
Finalmente, es fundamental que los dentistas evalúen cuidadosamente los niveles de glucosa de sus pacientes, evitando procedimientos invasivos o que involucren sangrado en casos de glucemia por debajo de 70 mg/dL o por encima de 300 mg/dL, debido a los riesgos de hipoglucemia e hiperglucemia. Se debe realizar una anamnesis completa, incluyendo la medición de la glucemia, en pacientes diagnosticados con diabetes o con sospecha de esta condición.
En resumen, la relación entre el cuidado periodontal y la diabetes es profunda y bidireccional. El control glucémico y el mantenimiento de la salud bucal desempeñan un papel crucial en la prevención y el manejo efectivo de esta enfermedad crónica. Los pacientes diabéticos deben ser conscientes de su mayor riesgo de periodontitis y otras afecciones bucales, buscando atención odontológica regular y siguiendo las recomendaciones del profesional.
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