Un grupo de investigación, dirigido por el doctor Felipe X. Pimentel-Muiños en el Centro de Investigación del Cáncer, Instituto de Biología Molecular y Celular del Cáncer (CSIC-Universidad de Salamanca) acaba de publicar una función inesperada de la proteína ATG16L1, y es que ésta regula la estabilidad de otra denominada A20. Los estudios se han realizado en colaboración con el laboratorio del Dr. Geert van Loo de la Universidad de Gante en Bélgica.
En este trabajo, el grupo del Dr. Pimentel, en colaboración con el doctor Van Loo, demostró que dos proteínas no relacionadas (ATG16L1, implicada en la regulación de la autofagia celular) y A20 (que participa en el control de las reacciones inflamatorias), interaccionan físicamente entre sí y regulan mutuamente sus niveles de expresión y propiedades funcionales. Esta interacción es crítica para la prevención de la inflamación intestinal, puesto que la ausencia individual de ATG16L1 o A20 en el epitelio intestinal no causa ningún problema, pero su eliminación simultánea provoca una fuerte reacción inflamatoria espontánea asociada con la muerte de las células epiteliales y la degeneración del epitelio.
El laboratorio profundizó en las consecuencias mecanísticas de esta interacción, concluyendo que la unión entre las dos proteínas controla sus respectivos niveles de expresión y capacidad para regular fenómenos celulares importantes como la autofagia celular, las vías de señalización inflamatoria o la susceptibilidad de las células epiteliales a la muerte celular. “El caso de ATG16L1 es particularmente relevante, puesto que la actividad que describimos en esta publicación radica en una región de la molécula (el dominio WD40), cuya función no se conocía con claridad”, asegura el doctor Pimentel.
Cabe resaltar que, el investigador señaló que "el objetivo global a medio plazo es identificar el catálogo completo de los mecanismos moleculares que controlan la homeostasis del epitelio intestinal y cuya disfunción favorece la susceptibilidad a las enfermedades inflamatorias intestinales. Sólo del conocimiento profundo de estos mecanismos se podrán derivar aproximaciones terapéuticas verdaderamente efectivas capaces de prevenir y curar estas enfermedades".
El estudio fue financiado por el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades, la Junta de Castilla y León, fondos europeos FEDER, la Fundación Solórzano y el Broad Medical Research Program, un programa científico de la fundación estadounidense “The Broad Foundation / Crohn’s and Colitis Foundation (CCF)” que está especializado en apoyar la investigación en las enfermedades inflamatorias intestinales.
Fuente: DICYT.
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