Por doctor Leonelo E Bautista, MD, MPH, DrPh, Associate Professor, Department of Population Health Sciences, University of Wisconsin at Madison, USA
Los factores de riesgo para las enfermedades cardio-metabólicas, como la obesidad, la hipertensión, el colesterol HDL bajo, el colesterol LDL alto y la glucosa en sangre alta, son altamente prevalentes en la población dominicana. Estos factores incrementan grandemente el riesgo de sufrir enfermedades cardio-metabólicas como el infarto cardíaco, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, la enfermedad renal crónica y, naturalmente, el riesgo de una muerte prematura debida a estas enfermedades.
Las enfermedades cardio-metabólicas mencionadas más arriba son las principales causas de muerte en nuestro país. Del 2007 al 2017, las muertes por las dos principales causas de mortalidad, la enfermedad cardíaca isquémica y los accidentes cerebrovasculares, aumentaron un 54% y un 45%, respectivamente. En conjunto, las enfermedades cardio-metabólicas son responsables de la pérdida por muerte prematura de casi 25% de los años de vida potencial en los dominicanos, 21% en hombres y 26% en mujeres. Es decir, en promedio, cada dominicano pierde un 25% del tiempo que podría vivir, debido a enfermedades cardio-metabólicas que podrían ser prevenidas y tratadas de forma costo-efectiva.
Además, la enfermedad cardíaca isquémica, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes son la segunda, cuarta y séptima causas más frecuentes de la combinación de discapacidad y muerte en nuestro país. En concordancia, los factores de riesgo cardio-metabólicos son las principales causas de la combinación de discapacidad más mortalidad: la obesidad ocupa el segundo lugar, la presión arterial elevada el tercero, la glicemia alta el quinto y el colesterol LDL elevado el séptimo. Del 2007 al 2017, la discapacidad debida a cada uno de estos factores de riesgo aumentó más del 50%.
La mitad de los dominicanos tienen al menos uno de estos factores de riesgo y al menos uno de cada cuatro tiene tres o más de estos factores (es decir, uno de cada cuatro dominicanos tiene lo que se conoce como síndrome metabólico). Del 1998 al 2012, la proporción de personas con colesterol protector bajo (colesterol HDL), obesidad abdominal, diabetes y síndrome metabólico aumentó en un 33%, un 59%, un 69% y un 83%, respectivamente. Estos aumentos no se han debido al envejecimiento de la población.
En un estudio sobre la carga de enfermedad en el mundo, publicado la semana pasada, se encontró que entre el 1990 y el 2021 los años de vida ajustados por discapacidad atribuidos a la diabetes, es decir la suma de los años de vida perdidos por muerte prematura y los años de vida vividos con incapacidad (AVAD) aumentaron un 67.1% en nuestra población. Nuestro país ocupa el cuarto lugar entre todos los países de América Latina en este indicador, a seguidas de Guatemala (217.5%), Paraguay (107.8%), y Honduras (85.0%). De hecho, el aumento relativo en nuestro país ha sido casi siete veces mayor que el promedio en América Latina, que ha sido solo de un 10.1%.
Estas cifras indican que el desarrollo socioeconómico de nuestro país ha estado acompañado de un aumento de la carga de enfermedad atribuible a los factores de riesgo y a las enfermedades cardio-metabólicas. Las razones específicas por las cuales ha ocurrido este incremento de los factores de riesgo y de las enfermedades cardio-metabólicas en nuestra población son prácticamente desconocidas, porque el apoyo a la investigación sobre las mismas en nuestro país es extremadamente limitado. Sin embargo, el conocimiento específico sobre los determinantes de estos factores de riesgos y estas enfermedades en el país es clave para desarrollar intervenciones costo-efectivas y adecuadas a nuestro medio local, a fin de disminuir su impacto.
En otras palabras, el estudio de las causas y del comportamiento de estos factores de riesgo y enfermedades en nuestro país es fundamental para generar el conocimiento necesario para desarrollar e implementar intervenciones que permitan detener su avance. Si este conocimiento no se produce y se usa para diseñar e implementar intervenciones adecuadas a nuestro medio y población, las enfermedades cardio-metabólicas seguirán aumentando y el presente gobierno y futuros gobiernos, así como las instituciones de la sociedad civil, no podrán garantizar el bienestar y la salud de nuestra gente, el crecimiento económico y social se verá frenado y las desigualdades sociales, económicas y de supervivencia continuarán en aumento.
Fuentes de datos
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