Por Ayaibex Montás/SD
Si la ciencia enseña alguna lección es la del cambio. Desde Newton hasta Einstein y Planck nos hemos percatado que si la percepción cambia, el paradigma científico también cambia.
El mundo tal como lo conocemos es explicado a través de tres perspectivas:
Las leyes de Newton describen los fenómenos que ocurren a escala macroscópica, a escala humana. Para explicar lo que sucede con lo infinitamente pequeño se estableció otra teoría (la mecánica cuántica) y para lo infinitamente grande, otra teoría más (la de la relatividad).
No existe, aún, ninguna teoría que unifique a todas. Y a lo que se refiere la ciencia con la teoría unificada es la que pueda explicar desde los cuerpos celestes hasta cada pensamiento o vibración.
La única forma de que la ciencia progrese es haciendo preguntas: ¿Pueden la teoría cuántica y la teoría de la relatividad aplicarse a la mente?
Antes de contestar a esa pregunta debemos poner una lupa sobre la historia: En las culturas antiguas se tendía una escalera que unía lo divino y lo humano. El objetivo de la ciencia era entender el orden natural y vivir en armonía con él. Se buscaba la ciencia “para gloria de Dios” o como decían los chinos “para fluir con la corriente del tao”. Todo esto cambió radicalmente a mediados del siglo XVI cuando Descartes plantea: “En el concepto del cuerpo, nada hay que corresponda a la mente, y nada hay en el concepto de la mente que corresponda al cuerpo”. Y ahí se separa el alma de la ciencia.
En el siglo XVII, Newton refuerza esa idea utilizando la matemática para describir un mundo de seres inanimados: el mundo era como una máquina que funcionaba en un espacio tridimensional, con acontecimientos que tenían lugar en el tiempo. El enfoque mecanicista es lo que determina los descubrimientos científicos hasta el siglo XX , cuando científicos como Eisntein, Bohr, Heisenberg y Schrodinger entre otros descubren que: el universo no es material, cuando la materia se analiza en profundidad, desaparece y se disuelve en una energía que surge de un campo o una fuente que parece tener consciencia.
Una matriz cósmica, un campo unificado, un campo akáshico, como dirían desde la cosmogonía hindú o como diría más actualmente el filósofo de la ciencia Ervin László: “El mundo no está fuera de nosotros sino dentro, y formamos parte indivisible de él”
En la actualidad, tenemos nuevas concepciones como la partícula de Higgs (que aporta masa a la materia), el principio de no localidad (que explica porque una madre siente cuando su hijo le pasa algo o porque dos gemelos están interconectados a nivel mental).
Para poder cambiar el paradigma de la psicología como ciencia habría que romper la ilusión de separación entre mente y cuerpo. Mente, cuerpo, cerebro y consciencia están conectados.
El universo, el mundo, el cerebro, la mente son organismos con infinitas interconexiones que se extienden a través de múltiples dimensiones.
Continuará…
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