Recientemente, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha publicado los últimos datos sobre la incidencia del cáncer en España, revelando que en 2025 se diagnosticarán más de 296.000 nuevos casos, lo que supone un incremento del 3,3% respecto al año anterior. Entre los tipos de cáncer más frecuentes destacan el colorrectal, el de mama y el de pulmón, según la Red Española de Registros de Cáncer.
El abordaje de estas patologías, de gran complejidad clínica y biológica, está evolucionando significativamente gracias a los avances farmacológicos y tecnológicos en el ámbito sanitario. En este contexto, las innovaciones en el diagnóstico por imagen desempeñan un papel clave al combinarse con inteligencia artificial y deep learning, facilitando la detección de lesiones en sus fases más tempranas.
Técnicas como la mamografía, la resonancia magnética y la endoscopia han experimentado una transformación con la incorporación de estas tecnologías de última generación. Estos sistemas avanzados permiten a los especialistas no solo identificar tumores en etapas iniciales, sino también evaluar con mayor precisión su evolución y la eficacia de los tratamientos aplicados. Gracias a ello, se puede determinar si un paciente es candidato para terapias innovadoras o incluso para participar en ensayos clínicos.
El impacto de estas mejoras tecnológicas en la oncología es significativo, ya que favorecen la aplicación de tratamientos personalizados que optimizan las posibilidades de recuperación y mejoran la calidad de vida de los pacientes. La incorporación de herramientas basadas en inteligencia artificial no solo agiliza los diagnósticos, sino que también ofrece una visión más completa del comportamiento de los tumores, contribuyendo a una toma de decisiones más precisa y eficaz en la lucha contra el cáncer.
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