La Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos, Inc. (ARAPF), con la llegada de la Semana Santa,destaca la importancia de la preparación integral para disfrutar de unas vacaciones seguras y saludables.
Entre las decisiones sobre destinos y la elección de atuendos, ARAPF enfatiza la importancia de contar con un botiquín de primeros auxilios debidamente equipado, así como al uso responsable de los medicamentos ante exceso de bebidas y comidas.
“Un botiquín bien equipado no solo proporciona herramientas para abordar situaciones imprevistas, sino que también fomenta la prevención y la seguridad durante las vacaciones. Tener un kit de primeros auxilios y saber cómo usar de forma responsable los medicamentos puede garantizar unas vacaciones sin imprevistos”, expresó ARAPF.
Elementos que debe tener un botiquín:
Vendas, algodón y gasas estériles: estas son necesarias para limpiar y cubrir heridas, minimizando el riesgo de infecciones. La elección de gasas estériles garantiza un entorno higiénico durante la curación.
Antisépticos: imprescindibles para desinfectar heridas y prevenir la proliferación de gérmenes. Un adecuado antiséptico contribuye a la pronta recuperación y evita complicaciones.
Esparadrapo: actúa como un soporte seguro para vendajes y gasas, manteniéndolos en su lugar. Su utilidad radica en asegurar la cobertura adecuada de las heridas y facilitar una recuperación efectiva.
Tijeras: estas son herramientas clave en situaciones de emergencia, permitiendo cortar materiales necesarios de manera segura y rápida. Su inclusión asegura una respuesta ágil ante diferentes eventualidades.
Guantes: ofrecen una barrera protectora crucial al manipular heridas o realizar procedimientos de primeros auxilios. La protección contra infecciones es fundamental para el cuidado tanto del socorrista como de la persona afectada.
Analgésicos: su presencia en el kit alivia el dolor ante molestias menores, permitiendo a los afectados continuar con sus actividades sin que el malestar interfiera significativamente.
Antiácidos: ayudan a tratar la acidez gástrica, comúnmente conocida como indigestión. Estos medicamentos funcionan neutralizando el ácido gástrico que causa dicha acidez, proporcionando alivio rápido y temporal de los síntomas asociados, como ardor estomacal y malestar abdominal.
Antidiarreicos: estos fármacos están diseñados para reducir o suprimir los síntomas asociados con la diarrea, ya sea mediante un enfoque específico que aborda la causa subyacente del proceso, o a través de un enfoque más general que proporciona alivio sintomático.
Antigripales: es recomendable incluir medicamentos antigripales en el botiquín para hacer frente a los síntomas del resfriado común. Estos medicamentos están formulados para aliviar los síntomas asociados con la gripe, como congestión nasal, dolor de cabeza, fiebre, dolor muscular y malestar general.
Antialérgicos: es esencial tener un antialérgico en el botiquín para tratar reacciones alérgicas leves, como picazón, estornudos, ojos llorosos y erupciones cutáneas.
Otros elementos a tener en consideración es un listado de teléfonos de emergencias y un termómetro.
ARAPF en su compromiso de promover el autocuidado responsable de los pacientes, a través de su “Guía de Buenas Prácticas para Seguridad del Paciente”, explica la reacción que se genera entre dos o más medicamentos, o entre un medicamento y un alimento, bebida o suplemento y cómo puede afectar el funcionamiento esperado de un medicamento o provocar efectos indeseados.
Además de instar al uso prudente y responsable de estos durante la Semana Santa, con el propósito de que los ciudadanos puedan disfrutar de esta época con la serenidad que amerita.
No combines medicamentos con bebidas alcohólicas. La mezcla de alcohol con medicamentos depresores del sistema nervioso central puede causar interacciones que ocasionen alteraciones del desempeño psicomotor, somnolencia, obnubilación (confusión) y disminución de los reflejos, entre otros; pudiendo llegar este cuadro hasta la pérdida de conocimiento.
No combines dos medicamentos. La interacción medicamento-medicamento se produce por la administración simultánea o con mucha proximidad en el tiempo de dos o más fármacos. Esta interacción puede provocar modificaciones en la acción de los medicamentos administrados.
No te automediques. Uno de los principales problemas es la automedicación de medicamentos que requieren la indicación de un facultativo o profesional de la salud, salvo que sean los medicamentos de venta libre sin receta, para las molestias o enfermedades comunes. Esta preocupación es muy común durante la semana mayor al existir probabilidades de tener ciertos malestares. El uso incorrecto de los antibióticos puede causar daños a la salud que luego pueden costar más que ir a una consulta en Semana Santa.
Esparadrapo: actúa como un soporte seguro para vendajes y gasas, manteniéndolos en su lugar. Su utilidad radica en asegurar la cobertura adecuada de las heridas y facilitar una recuperación efectiva.
Tijeras: estas son herramientas clave en situaciones de emergencia, permitiendo cortar materiales necesarios de manera segura y rápida. Su inclusión asegura una respuesta ágil ante diferentes eventualidades.
Guantes: ofrecen una barrera protectora crucial al manipular heridas o realizar procedimientos de primeros auxilios. La protección contra infecciones es fundamental para el cuidado tanto del socorrista como de la persona afectada.
Analgésicos: su presencia en el kit alivia el dolor ante molestias menores, permitiendo a los afectados continuar con sus actividades sin que el malestar interfiera significativamente.
Antiácidos: ayudan a tratar la acidez gástrica, comúnmente conocida como indigestión. Estos medicamentos funcionan neutralizando el ácido gástrico que causa dicha acidez, proporcionando alivio rápido y temporal de los síntomas asociados, como ardor estomacal y malestar abdominal.
Antidiarreicos: estos fármacos están diseñados para reducir o suprimir los síntomas asociados con la diarrea, ya sea mediante un enfoque específico que aborda la causa subyacente del proceso, o a través de un enfoque más general que proporciona alivio sintomático.
Antigripales: es recomendable incluir medicamentos antigripales en el botiquín para hacer frente a los síntomas del resfriado común. Estos medicamentos están formulados para aliviar los síntomas asociados con la gripe, como congestión nasal, dolor de cabeza, fiebre, dolor muscular y malestar general.
Antialérgicos: es esencial tener un antialérgico en el botiquín para tratar reacciones alérgicas leves, como picazón, estornudos, ojos llorosos y erupciones cutáneas.
Otros elementos a tener en consideración es un listado de teléfonos de emergencias y un termómetro.
ARAPF en su compromiso de promover el autocuidado responsable de los pacientes, a través de su “Guía de Buenas Prácticas para Seguridad del Paciente”, explica la reacción que se genera entre dos o más medicamentos, o entre un medicamento y un alimento, bebida o suplemento y cómo puede afectar el funcionamiento esperado de un medicamento o provocar efectos indeseados.
Además de instar al uso prudente y responsable de estos durante la Semana Santa, con el propósito de que los ciudadanos puedan disfrutar de esta época con la serenidad que amerita.
No combines medicamentos con bebidas alcohólicas. La mezcla de alcohol con medicamentos depresores del sistema nervioso central puede causar interacciones que ocasionen alteraciones del desempeño psicomotor, somnolencia, obnubilación (confusión) y disminución de los reflejos, entre otros; pudiendo llegar este cuadro hasta la pérdida de conocimiento.
No combines dos medicamentos. La interacción medicamento-medicamento se produce por la administración simultánea o con mucha proximidad en el tiempo de dos o más fármacos. Esta interacción puede provocar modificaciones en la acción de los medicamentos administrados.No te automediques. Uno de los principales problemas es la automedicación de medicamentos que requieren la indicación de un facultativo o profesional de la salud, salvo que sean los medicamentos de venta libre sin receta, para las molestias o enfermedades comunes. Esta preocupación es muy común durante la semana mayor al existir probabilidades de tener ciertos malestares. El uso incorrecto de los antibióticos puede causar daños a la salud que luego pueden costar más que ir a una consulta en Semana Santa.
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