El Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), doctor Jarbas Barbosa, instó a los ministros de Salud y delegados de alto nivel en la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, a utilizar todos los conocimientos y recursos disponibles para asegurar que la salud de las personas se sitúe en el centro de la respuesta mundial a futuras pandemias y emergencias.
«Nosotros, los supervivientes, tenemos la gran responsabilidad y el imperativo urgente de poner en marcha acciones audaces que sean un balance de la experiencia de los países en la respuesta a la COVID-19 “, afirmó.
En su intervención en una sesión sobre el fortalecimiento de la arquitectura mundial para la preparación ante emergencias sanitarias durante la Asamblea Mundial de la Salud, el Director de la OPS destacó que, aunque prevenir una pandemia puede ser extremadamente difícil, «debemos romper el patrón histórico de pánico y negligencia ante las amenazas pandémicas».
“Esto requerirá un análisis adecuado de la respuesta a la pandemia COVID-19 que involucre a todos los sectores, a la comunidad internacional y a los beneficiarios, para revisar los desafíos que enfrentamos, las debilidades y las fortalezas que mostramos, e identificar las acciones que necesitamos implementar inmediatamente y a corto y largo plazo», señaló.
Destacó que muchos países, incluidos los de las Américas, enfrentaron desafíos para responder a la pandemia, en particular en lo que respecta a la vigilancia y el acceso a diagnósticos, medicamentos, vacunas y personal de salud calificado.
Por lo tanto, es crucial, expresó, que los Estados Miembros de la Organización participen plenamente en las discusiones lideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el desarrollo de un instrumento internacional que fortalezca la prevención, preparación y respuesta a pandemias, así como en las relativas a la actualización del Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
Durante la sesión también se presentó la Iniciativa Mundial de Salud para la Paz de la OMS, que se debatirá más a fondo. En ella se esboza un plan para abordar mejor los factores que impulsan las necesidades de salud en entornos frágiles, vulnerables y afectados por conflictos, y para reforzar el papel de la OMS y del sector de la salud como contribuyentes a los resultados de la paz, como la cohesión social, el diálogo o la resiliencia a la violencia.
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