En respuesta al artículo de Fabián Maero “Salud mental vs salud psicológica”
Por Ayaibex Montas/SD
Los conceptos siempre van de la mano con la sociedad del momento, la religión y la cultura. El concepto de salud mental es una construcción social y cultural.
Se utiliza la noción de salud mental para aludir a un estado o condición del individuo, a un campo -conceptual y práctico- dentro de la salud pública, a una serie de patologías psiquiátricas y problemas psicosociales, incluso a un conjunto de iniciativas sanitarias, sociales y políticas.
La idea de salud mental se enfrenta a importantes conflictos epistemológicos para establecer cómo se vinculan la salud y lo mental, guardando relación con concepciones construidas a partir de los diferentes planteamientos de salud-enfermedad que emergen desde diferentes disciplinas. Sin embargo, lo mental alcanza dimensiones más complejas que el funcionamiento meramente orgánico del individuo. La salud mental ha sido definida de múltiples formas por autores de diferentes culturas. Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, entre otros.
La salud mental sería nada más y nada menos que la dimensión humana de la salud. Nos lleva a la psicología, ya que la separación histórica entre el campo de lo natural y lo humano, el mundo y el yo, la res extensa y la res cogitans -que de paso posibilita el despegue de las ciencias modernas-, deja a la medicina a cargo de la maquinaria corporal, y más tarde a la psicología probando una terapéutica para el sujeto. (Restrepo & Jaramillo: 2012).
Ahora, como no hay una psicología sino varias, tampoco hay una sola manera de aproximarse a la salud mental desde la psicología. Y como hay más de una psicología no se puede hablar de salud psicológica sino solo de salud mental.
Dónde nace la mente
Hay que contextualizar que desde Descartes mente y cuerpo se separan. Bajo la expresión Res cogitan, en la filosofía cartesiana se designa a las mentes. Es la realidad de la que cabe el conocimiento más cierto, conocimiento que Descartes describe con la frase «pienso luego existo».
La característica esencial o atributo de la res cogitans es el pensamiento, entendido como el «ser consciente de», y las formas variables de darse o modos el pensamiento en sentido estricto, la voluntad, los sentimientos, los recuerdos y, en general lo que ahora llamamos vivencias.
Descartes defenderá también tres tesis fundamentales respecto de las mentes: en la mente se encuentran las ideas innatas, la mente es radicalmente distinta del cuerpo, y la mente es propiedad exclusiva de los seres humanos. como poseedores de mente, los humanos son únicos, son los únicos seres que pueden pensar, que tienen un lenguaje y los únicos que saben que existen. Fue en realidad Descartes el que supuso que lo mental es de alguna manera “opuesto” a lo físico, como el pensamiento a la extensión. Y por esta razón no hay que dejar de tener en cuenta que “la moderna filosofía de la mente comienza con Descartes” (Hierro-Pescador 2005).
Conceptualmente, el rastro de esta célebre distinción mente-cuerpo, que tantos quebraderos de cabeza habría venido ocasionando durante siglos, se puede seguir en el pensamiento moderno, por ejemplo, a partir de la asimismo tradicional distinción entre propiedades primarias y secundarias, en definitiva, lo objetivo y lo subjetivo: «El mundo mental incluye experiencias conscientes: los aspectos de los objetos que vemos, los modos en que los sentimos, los sonidos que oímos, los gustos, los olores. El mundo material ‘externo’ comprende a los objetos mismos y sus propiedades (Heil 1998).
El problema más importante con que nos enfrentamos al tratar de describir lo que somos es el problema mente-cuerpo, es decir, el problema de la enunciación correcta de la relación entre lo mental y lo físico o entre la mente y el cuerpo (Priest 1994).
La radical separación del llamado dualismo cartesiano acaba con la reintroducción del binomio mente-cuerpo. No existe cuerpo sin mente ni mente sin cuerpo, y separarlos es un error conceptual.
Continuará.
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