Alrededor de 900 millones de personas, o el 96% de la población, de 35 países de las Américas están protegidas actualmente por al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 50% más que en 2007. Sin embargo, los progresos no han sido uniformes.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó un Informe sobre el control del tabaco para la Región de las Américas 2022 el cuán revela que 26 de los 35 países de la región han alcanzado el máximo nivel de aplicación de al menos una medida, pero en otras, como el aumento de los impuestos al tabaco, han avanzado con lentitud, y nueve países todavía no han adoptado ninguna medida.
El reporte muestra que, en 2021, de 35 países de las Américas:
- 24 aplican medidas para proteger de la exposición al humo de tabaco ajeno
- 22 utilizan advertencias graficas grandes sobre los peligros de fumar en los paquetes de productos de tabaco
- 10 disponen de sistemas de vigilancia con datos recientes, periódicos y representativos del consumo de tabaco en adultos y jóvenes
- 6 ofrecen ayuda integral para dejar de fumar
- 9 establecen prohibiciones totales sobre la publicidad, promoción y patrocinio
- 3 aplican impuestos indirectos a los cigarrillos que representan el 75% o más de su precio de venta minorista.
Los avances en la aplicación de estas seis medidas, conocidas como MPOWER y establecidas por la OMS en 2008, han contribuido a reducir los consumidores, que pasaron de representar el 28% de la población de la región en 2000 al 16,3% en 2020, la segunda prevalencia más baja del mundo.
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de muerte en el mundo, así como para las cuatro enfermedades no transmisibles más prevenibles y prevalentes: cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Todas las formas de tabaco son perjudiciales y no existe un nivel seguro de exposición.
El informe de la OPS advierte que los productos de nicotina y tabaco novedosos y emergentes, como los cigarrillos electrónicos, están cada vez más disponibles y accesibles, lo que supone una amenaza para el control del tabaco.
Asimismo, alerta que la industria del tabaco emplea afirmaciones engañosas para ganar consumidores y nuevos mercados.
La OPS/OMS recomienda a los gobiernos que pongan en marcha reglamentaciones para evitar que los no fumadores empiecen a consumir estos productos, impedir que el consumo de tabaco vuelva a normalizarse en la sociedad y proteger a las generaciones futuras.
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