Antiguamente se creía que algunos niños prematuros nacían ciegos, mientras que ahora sabemos que esta ceguera, en la mayoría de los casos, pudo haber sido prevenida con una evaluación ocular oportuna al mes de nacido.
La retinopatía de la prematuridad es un trastorno ocular que ocurre en bebés prematuros –los nacidos antes de las 37 semanas de gestación–, porque ya también está demostrado que un bebé de 37 semanas cae en la categoría de prematuro tardío. Pero, sobre todo afecta a aquellos que nacen antes de las 31 semanas. Este trastorno consiste en un mal desarrollo de la retina, el tejido sensible del ojo que se encarga de procesar la visión y enviar la señal al cerebro para que la procese. La retina se desarrolla por completo entre las 37 y 40 semanas de gestación.
De acuerdo a la doctora Mayelinne García, Cirujana Oftalmóloga Retina y Vítreo del Instituto Espaillat Cabral, lo que ocurre en estos bebés es que su retina está inmadura y no posee todos los vasos sanguíneos necesarios para su buen funcionamiento. Estos vasos sanguíneos continúan su desarrollo fuera del vientre de la madre, pero en los bebés prematuros que son sometidos a terapia con oxígeno estos vasos sanguíneos comienzan a crecer de manera anormal, lo que puede provocar problemas visuales importantes, incluso la ceguera permanente. De aquí la importancia de una evaluación al mes de nacido del bebé para evaluar el desarrollo de la retina.
Factores de Riesgo
Dentro de los factores de riesgo que pueden hacer que un bebé presente la enfermedad del prematuro están:
- Nacidos antes de las 33 semanas de gestación
- Peso menor a 3 libras
- Terapia con oxígeno
- Anemia que requiriera transfusión sanguínea y/o uso de eritropoyetina
La única forma de evitar la ceguera por retinopatía de la prematuridad es con un diagnóstico oportuno, el cual se logra con una evaluación bajo dilatación pupilar la cual debe realizarse a más tardar al mes de nacido. En muchos casos, estos bebés aún se encuentran ingresados al cumplir el primer mes, por lo que se recomienda que un especialista haga la evaluación del bebé aun este se encuentre ingresado.
Todo especialista en retina o en oftalmología pediátrica que esté entrenado para la evaluación de la retinopatía de la prematuridad cuenta con equipos e instrumentos portátiles que facilitan la evaluación de estos prematuros en el lugar en donde se encuentren ingresados.
Tratamiento
La doctora García indica que el tratamiento para la retinopatía de la prematuridad dependerá del estadio en el que se encuentre la enfermedad. Algunos casos suelen mejorar por sí solos y necesitan solamente de una observación cercana, hasta que finalmente se complete el desarrollo de la retina. En otros casos es necesario colocar inyecciones o realizar terapia con láser para contrarrestar el desarrollo de vasos anormales en la retina. Los estadios más avanzados pueden necesitar cirugía para ayudar a preservar parte de la visión.
Luego de que el bebé está libre de la retinopatía del prematuro se debe realizar una evaluación a los 6 meses de nacido con un oftalmólogo pediátrico, ya que que estos bebés tienen más probabilidad de desarrollar estrabismo (desviación ocular), miopía, glaucoma congénito e incluso desprendimiento de retina.
García añade, “lo más importante es tener pendiente que todo bebé prematuro debe recibir una evaluación de sus retinas al primer mes de nacidos para evitar las complicaciones de la retinopatía del prematuro”.
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