Más del 40 % de los pacientes de cáncer de pulmón en estadio IV, avanzado, experimentaron una reducción de la enfermedad a nivel sistémico y cerebral y las metástasis del cerebro se mantuvieron estables, sin progresión, durante casi siete meses, más del doble que con el tratamiento convencional.
Estos resultados del ensayo clínico en fase II se han publicado en la revista científica “Journal of Clinical Oncology” y ha contado con la participación de 40 pacientes de once centros hospitalarios de toda España, entre ellos, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Hospital de Bellvitge.
Según el GECP, coordinador de la investigación, se trata de “un importante avance en la lucha contra el cáncer de pulmón con metástasis de cerebro que se ha logrado gracias a un innovador enfoque terapéutico” con el anticuerpo monoclonal atezolizumab, un fármaco de inmunoterapia que estimula el sistema inmunitario para atacar a las células cancerosas, junto a quimioterapia.
“La combinación de quimioterapia e inmunoterapia ha demostrado su eficacia tanto en el pulmón como en el cerebro, permitiéndonos posponer el uso de la radioterapia cerebral y mantener un enfoque terapéutico integral”, explica el oncólogo Ernest Nadal, director de Programa de Tumores Torácicos del ICO, investigador principal y miembro del GECP.
Cambio de paradigma en el abordaje de cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro
Esta estrategia supone un cambio de paradigma en el tratamiento de un grupo de pacientes que, generalmente, había sido excluido de los ensayos clínicos de inmunoterapia, especialmente cuando no habían recibido radioterapia cerebral previa o cuando estaban recibiendo corticoides para controlar los síntomas neurológicos asociados a las metástasis cerebrales.
Habitualmente, los pacientes con cáncer de pulmón que presentaban metástasis cerebrales se sometían a radioterapia craneal antes de iniciar la quimioterapia, lo que a menudo resultaba en un retraso del tratamiento sistémico y en efectos negativos en la función neurológica.
Sin embargo, este nuevo enfoque terapéutico ha demostrado resultados prometedores al atacar ambas áreas simultáneamente desde el principio, precisa el GECP.
Los pacientes, todos con cáncer de pulmón en etapa avanzada (estadio IV) y metástasis cerebrales no tratados previamente, experimentaron en un 62 % de los casos una ralentización de la progresión de la enfermedad a los tres meses del tratamiento, tanto en las metástasis cerebrales como en el pulmón.
Además, las metástasis cerebrales se mantuvieron estables en la mitad de los pacientes durante un período de casi siete meses, más del doble de la duración del tratamiento convencional.
Para garantizar la calidad y seguridad de los resultados, se emplearon criterios internacionales de seguimiento de las metástasis cerebrales durante el tratamiento, y los pacientes fueron sometidos a evaluaciones neuropsicológicas para evaluar su función cognitiva en todo momento.
El tratamiento resultó ser bien tolerado y no se superaron los límites preestablecidos de toxicidad. Los efectos secundarios observados se alinearon con las expectativas para tratamientos de quimioterapia e inmunoterapia.
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