Un llamado de auxilio: las azoteas también salvan vidas

Dr. Leonardo Andújar Záiter

Médico-Abogado

Magíster en Derecho Médico

Es oportuno llamar la atención sobre la red pública y privada que manejan los centros de salud a propósito de la reciente catástrofe, ocasionada por la irresponsabilidad del propietario y la falta de supervisión de los organismos competentes a evaluar y certificar periódicamente la instalación donde estaba el Jet Set.

Los organismos correspondientes a validar el estado de las instalaciones de salud, deben emplearse con responsabilidad y levantar una evaluación seria de las azoteas de los centros de salud públicos y privados que identifiquen las condiciones reales y si mantienen lo descrito en los planos estructurales previstos en las edificaciones.

Es bien sabido, el nivel de permisividad y complicidad entre supervisores y propietarios de los establecimientos, cuando existen vicios de construcción, falta de mantenimiento y negación a garantizar seguridad a las personas que utilizan dichas instalaciones.

Difícilmente, los centros de salud asuman periódicamente programas de rehabilitación en las infraestructuras para considerar situaciones prevenibles y previsibles que terminen ocasionando daños lamentables.

Las azoteas son abusadas como áreas de almacenamientos, desahogo, espacios a colocar unidades de aires acondicionados, plantas eléctricas, transformadores, tinacos, tanques de oxígeno, gas, registros y distribuciones eléctricas, anexos de habitaciones a servir a empleados, helipuertos, calderas, paneles solares y hasta antenas de comunicación.

Las azoteas son estándares críticos para la seguridad y funcionalidad de los centros de salud, por lo que,  es necesario cumplir con las normativas de construcción y mantenimiento, para garantizar la seguridad estructural, incluyendo las azoteas.

Urge realizar inspecciones regulares de las azoteas e identificar posibles deterioros que arriesguen las estructurales y hagan sucumbir a las personas.

Las autoridades deben establecer inspecciones técnicas para salvar de negligencias institucionales que coloquen en riesgos, las normas de seguridad en gestión hospitalaria.

Ordenar inmediatamente la supervisión y establecer la rehabilitación de las infraestructuras vulnerables y así evitar posibles colapsos con eventos tan traumáticos que llenen de dolor, sufrimiento y desesperanza.

La inquietud está elevada y ojalá no caiga en el vacío.

¡Las vidas no solo se salvan en quirófano… también desde la azotea!

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