SANTO DOMINGO. - Las consecuencias del trastorno bipolar van desde el abuso de alcohol y drogas para aliviar los síntomas de la depresión, ausentismo laboral, disminución de la productividad hasta el suicidio. El 15% de las personas que lo padecen, se suicida, según informó este lunes el doctor Jonathan Bravo.
De acuerdo con el especialista, esta enfermedad consiste en una “alteración de los mecanismos biológicos que regulan el estado de ánimo”, en la que intervienen factores genéticos, biológicos, ambientales y psicosociales. Dijo que los hijos de padres con el trastorno tienen diez veces más el riesgo de desarrollar la enfermedad, por lo que una persona con antecedentes tiene entre un 15 y un 20% de posibilidades de presentar un trastorno bipolar. Mientras que la población sin antecedentes tiene un 2% de posibilidades.
Dijo que los pacientes con trastorno bipolar experimentan los mismos cambios de humor que cualquier persona, como la alegría, tristeza o ira, pero en ocasiones estos cambios llegan a un extremo en el que se requiere asistencia psiquiátrica.
Esto, según explicó, se da en tres formas una es el episodio maníaco, en el que el paciente presenta síntomas de euforia, irritabilidad, grandiosidad y habla más que de costumbre; otra es el episodio depresivo, que se caracteriza por la incapacidad para experimentar placer, alteraciones del sueño, fatiga y falta de energía, entre otras; y el episodio mixto, en el que se presentan síntomas de ambos episodios. Estos episodios pueden sucederse uno a otro o alternar con periodos de eutimia.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar esta crisis el psiquiatra se vale de entrevistas, realiza pruebas de estudios para descartar otras enfermedades y de observación a los cambios que experimente el paciente. De acuerdo con Bravo, entre los medicamentos que pueden usar los psiquiatras para revertir estos episodios está el carbonato de litio, el ácido valproico, la carbamazepina y todos los que pertenecen a los estabilizadores de ánimo. Dijo que puede utilizarse antipsicóticos como quetiapina, olanzapina y risperidona. Estos fármacos pueden combinarse con psicoterapia y psicoeducación.
De acuerdo con el doctor, las personas afectadas pueden llevar una vida productiva cuando se realiza un tratamiento adecuado. Pero, sin tratamiento, la evolución es muy negativa, con recaídas cada vez más frecuentes y severas que traen consecuencias laborales y sociales.
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