MUNDIAL. – Según la Organización Mundial de la Salud, la esquizofrenia es la tercera causa de discapacidad entre la población de 15 a 44 años de edad en el mundo. Es una enfermedad mental que altera la realidad. Una Guía publicada recientemente ayuda a los afectados a recuperar el control de su vida.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, tratamos la esquizofrenia. Una enfermedad que altera el contacto que tenemos con la realidad a través de estímulos o creencias que sólo el paciente percibe.
El primer episodio psicótico suele aparecer entre los 16 y 23 años, momento en el que los jóvenes dan sus primeros pasos en el desarrollo de su proyecto vital.
Detección y atención temprana
Los expertos apuestan por la detección y atención temprana para favorecer la recuperación, donde tienen que pasar por un cambio de actitudes, valores, sentimientos y metas.
Es normal que la primera reacción al escuchar nuestro diagnóstico sea pasar por un proceso de “duelo” en el que, según la guía de AMAFE, se pueden experimentar diferentes emociones como:
1.- No querer darse cuenta de las “experiencias psicóticas”, permanecer como si no hubiera pasado nada.
2.- Sentimientos de injusticia, intentar echarle la culpa a los demás.
3.- Sentir culpa, vergüenza o pérdida de identidad. Verlo todo “muy negro”.
Lo ideal es llegar a la aceptación del diagnóstico y afrontarlo. La aceptación es el primer paso hacia la recuperación.
Señales de aviso
La guía explica la importancia de saber identificar las señales ante una crisis, y evitar así recaídas:
a) Inquietud
b) Ansiedad
c) Irritabilidad
d) Alteraciones del sueño (exceso o defecto)
e) Desconfianza, suspicacia o duda constante
f) Preocupación excesiva por las cosas
g) Cambios bruscos en el estado de ánimo
h) Mayor aislamiento
i) Abandonar los cuidados de uno mismo
Recuperación
Existen algunos factores que facilitan el proceso de recuperación como:
1.- La información: estar informados ayuda a entender cuáles son los mecanismos de la enfermedad y ayuda a perder el miedo.
2.- El optimismo: hay muchas personas que la padecen y disfrutan de una vida plena. Sigues siendo la misma persona, no te avergüences ni te culpes.
3.- El apoyo profesional: los profesionales están para acompañarte, se necesita un dialogo abierto y basado en la confianza.
4.- Recuperar el control de tu vida: la sensación de pérdida de control es muy común, los expertos recomiendan que tomen decisiones y que el paciente decida sobre su vida.
5.- El cariño de los allegados: el apoyo de los que te rodean es fundamental, no hay que cerrarse ante la enfermedad.
Estas indicaciones son importantes “especialmente tras el diagnóstico, cuando es común que aparezca confusión, desánimo, desesperanza, miedo, incredulidad tanto en el joven como en su entorno”, sostiene Jessica Matamoros, una de las autoras de la guía y terapeuta ocupacional en AMAFE.
Fuente: EFEsalud
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