SANTO DOMINGO. – La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el 23 de marzo como el día mundial de la Rehabilitación de la Persona con Discapacidad.
Hablar de este tema en nuestro país remite de manera irremisible al Centro de Rehabilitación (ADR) que lleva desde 1963 ofreciendo servicios de atención integral de las personas con discapacidad física e intelectual, sin fines de lucro.
Con 31 centros en localizados regionalmente, la ADR ofrece servicios a través de tres programas básicos, Medicina de Rehabilitación, Educación Especial y Formación Laboral. A estos programas se suman campañas que se desarrollan de manera permanente a favor del mejoramiento de la imagen y la integración de las personas con discapacidad.
Conoce, a través de las historias de estos cuatro pacientes, cómo la ADR ha cambiado sus vidas:
HISTORIA 1: Jesús Manuel
Jesús Manuel Sierra es un joven dominicano de 26 años de edad, quien mientras ayudaba a su padre en un trabajo de electricidad; accidentalmente cayó de espaldas desde un segundo piso, lo que le generó una fractura a la columna, lastimándole la médula. Producto de esto Jesús Manuel; además de permanecer tres meses en cama, no tenía equilibrio alguno; y por ende su vida se vio por un tiempo totalmente limitada a depender de los demás.
Afortunadamente, hoy en día, gracias a las terapias de rehabilitación ha podido fortalecer sus extremidades superiores; y también todo el tronco de su cuerpo. Jesús Manuel cumple fielmente a sus terapias y su vida ha recobrado sentido y esperanza.
Es un joven perseverante; de grandes anhelos, diversos planes en carpeta, recobrándose cada día; la confianza en sí mismo, y el optimismo para vencer las circunstancias desfavorables de la cotidianidad.
HISTORIA 2: Enidia Pérez
Enidia Pérez tiene 62 años de edad. Su vida está bordada de disposición, amor y de buena voluntad, luego de haber sido afectada por el virus de la Chikungunya, afectándose considerablemente su hombro derecho e inmovilizándolo totalmente, lo que la llevó a tomar la rápida decisión de someterse a cirugía, situación que empeoró aún más su condición.
Doña Enidia se ve obligada a buscar nuevas alternativas por el estado problemático de su hombro, y gracias a la sugerencia de una prima, se acerca a la ADR; donde verdaderamente encontró la solución a su problema.
El miedo y la desesperación no fueron barreras para la señora Pérez. Miró al cielo y declaró que su confianza está en Dios y las magnanimidades que cada día florecen por la gallardía y la entereza.
HISTORIA 3: Aneuris García
La historia de Aneuris García Falette es quizás una de las más grandes enseñanzas de vida. Mientras estudiaba en la universidad sufrió un accidente de tránsito que le ocasionó la condición de cuadriplejía, generándole como tal una parálisis de brazos, manos, tronco, piernas y órganos pélvicos, situación que al instante le cambió la vida por completo, sumándose la inesperada muerte de su madre; poco tiempo después. Esos momentos de miedo, vacío y desesperanza milagrosamente se conjugaron en fuerza, en fe, en valor y en ganas de vivir.
Hoy en día, Aneuris es un paciente ejemplar de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, allí ha logrado demostrar que no existen los obstáculos cuando caminamos hacia las metas y los objetivos.
Su historia de vida nos enseña que aun con una condición discapacidad, no existen fronteras para ir tras los sueños. García Falette es un líder, un ejemplo de lucha y de conquistas.
HISTORIA 4: Ana Núñez
Una mañana de 1990; hace ya 26 años mientras Ana Núñez se encontraba vestida con su uniforme de la selección de voleibol y ayudaba a sus padres a empacar los ajuares del hogar mientras se preparaban para una mudanza. En un abrir y cerrar de ojos, se detuvo; percatándose de que en su cuerpo había enclavado una bala pérdida: le cambió la vida.
Desde entonces, Ana llegó al área de fisiatría de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, donde pudo recibir no solo los más efectivos tratamientos, proporcionándoles cambios significativos para su vida, sino que también hoy en día forma parte de esta institución siendo una de las empleadas más destacadas.
Ana es un vivo ejemplo de fe y superación, pero sobretodo una demostración viva de que no existen límites para lograr nuestros objetivos, si se tienen la voluntad y las ganas de superar los desafíos.
Por: Francis de la Cruz
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