Los ginecólogos avisan que la conducta sexual de los milenials o generación digital se mueve entre mala información. Las aplicaciones tecnológicas mandan, las conductas de riesgo persisten y el paso atrás es evidente en lo emocional y en el mal uso o ausencia de métodos anticonceptivos.
La era de internet y las redes sociales en vez de traer mayor conocimiento introduce ruido y genera confusión.
Las aplicaciones móviles para la generación digital han tomado tanto auge que muchas chicas no utilizan anticonceptivos cuando la aplicación les indica que no están en día fértil.
Recurren al método Ogino con el que muchas mujeres quedaron embarazadas, o acuden a urgencias porque la aplicación dice que hoy tocaba menstruar y no ha sido así.
Para combatir esta distorsión, un grupo de especialistas en ginecología y obstetricia, que trabaja desde hace más de 30 años en varios centros de la Comunidad de Madrid, ha constituido una plataforma para divulgar en una web de forma rigurosa y con un lenguaje sencillo y fácil todos los aspectos que afecta a la salud sexual entendida de forma global.
Mercedes Herrero Conde, doctora en Medicina y ginecología de GINE4, ha explicado que el problema es que los jóvenes no valoran las fuentes serias y especializadas, considera que parte de la culpa la pueden tener los facultativos por no saber divulgar y dejar que otros lo hayan hecho en su lugar.
De acuerdo con la ginecóloga el retroceso informativo y formativo es palpable en sus consultas y la desinformación es tal que son muchas las jóvenes que no saben bien qué es y para qué sirve la píldora del día después.
De acuerdo con la doctora, hay una gran batalla en relación a las infecciones de transmisión sexual y, aunque es típico de la adolescencia la creencia de inmunidad absoluta, “se ha ido un poco más allá y te encuentras con blogs y páginas que sostienen que el virus del papiloma humano no existe y que es un invento”.
No me gusta mi vulva
Hay chicas que no se atreven a pedirle a su novio que se ponga un preservativo porque las van a dejar de querer, y también consideran que si las controlan es porque las quieren.
Coincide Herreros con otros especialistas en que las páginas de internet sobre pornografía están provocando graves disfunciones en las relaciones de las parejas milenials.
Según explica la especialista, desde la pornografía se hace un modelo irreal de las relaciones. También se ha comprado un modelo físico artificial y todo el mundo quiere ser así. “Llegan a consulta y te dicen que su vulva es rara y extraña cuando es completamente normal”.
Explica que Internet es una vía eficaz para difundir conocimiento. Sin embargo, en el terreno de salud sexual, “no se está traduciendo en mejor conocimiento por parte de la población, sobre todo la más joven. En parte es culpa de los profesionales sanitarios. Nos ha parecido que publicar conocimiento en la red era algo menor”.
“Preferíamos dar a conocer nuestros avances en foros profesionales como los congresos. Esto ha alejado nuestro conocimiento de la población, que sí se nutre de lo publicado en la red”.
Milenials: hay un problema
Existe además la necesidad de cuantificar el impacto de la mala formación de los milenials en este terreno:”No se puede conocer la tasa de infecciones en la población joven, tampoco el daño emocional que se está produciendo”.
En una encuesta reciente realizada a jóvenes españoles, hasta la mitad no veía un problema pegar a su pareja o ejercer control sobre sus comunicaciones, recuerda.
El preservativo se resiste
En una encuesta de la SEC (Sociedad Española de Contracepción) de 2016, a la pregunta sobre el método anticonceptivo usado, casi la mitad de las mujeres milenials de menos de 20 años contestan que no usan método anticonceptivo.
Esto, señala, es un problema doble, por la posibilidad de embarazo no planificado, pero también por favorecer las infecciones de transmisión sexual.
En la misma encuesta se recoge que solo el 52% de las usuarias de preservativo lo hacen de forma correcta.
Estoy embarazada
“Con lo que sí contamos es con las estadísticas del número de embarazos producidos en España durante 2015. En el INE se publican los partos según edad de la madre, entre otros valores”.
En el Ministerio de Sanidad se publican los abortos realizados en ese mismo año, según la edad de la mujer, así como el motivo de los mismos, y la “tasa de aborto a petición de la mujer fue del 89,46% en 2015.”
Esto arroja una cifra de 8956 casos de interrupciones de embarazos no planificados en 2015. Además es de suponer que los embarazos que siguieron adelante no todos ellos serían planificados.
Unesco: urge una educación sexual de calidad
Coincidiendo en el tiempo con la entrevista a la doctora Herreros, la Unesco ha publicado una actualización del manual “Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad”, en la que pide formar a los niños y adolescentes para combatir más eficazmente el virus del sida, la violencia de género y el embarazo precoz.
El documento, publicado por primera vez en 2009, revisa los nuevos desafíos de la educación sexual, como los derivados del acceso a internet.
La directora general de la Unesco, la francesa Audrey Azoulay, ha recordado que una correcta educación sexual complementa la defensa de los Derechos Humanos y la igualdad de género.
El manual tiene como meta ayudar a los legisladores a diseñar planes de estudios precisos y adaptados a los alumnos de 5 a 18 años de edad.
El organismo señala “la necesidad urgente de educación sexual de calidad” para atajar problemas como la violencia de género, el embarazo precoz, las enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el sida.
Sobre el VIH, la Unesco ha alertado de que sólo el 34 % de los niños y adolescentes tienen conocimientos precisos al respecto.
Asimismo, el organismo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura urge a “complementar y contrarrestar el gran número de material de diversa calidad al que tienen acceso los jóvenes en internet” y a combatir “los casos cada vez más frecuentes de acoso cibernético”.
La Unesco defiende la educación sexual, dentro o fuera de la escuela, y aclara que impartirla “no aumenta la actividad sexual, ni los comportamientos sexuales considerados de riesgo, ni el número de contagios de enfermedades de transmisión sexual, como el sida”.
Fuente: Efe Salud.
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